El arte urbano está tomando los muros de nuestra ciudad y le está dando algo de color a nuestra, a veces, urbe gris. A pesar de que aún causa cierta resistencia entre vecinos y, sobre todo, entre algunas autoridades que lo asocian con la delincuencia y el vandalismo, lo cierto es que cada vez hay más manifestaciones valiosas de este arte callejero, obras que, al igual que sucede en Berlín, Nueva York o Sao Paulo, ya son parte esencial del paisaje de la Lima que caminamos a diario.
GRAFITI, ARTE URBANO, ARTE CALLEJERO
“Lo sustancial en el arte callejero, también conocido como arte urbano, no solo es su calidad plástica, sino su discurso, lo que quiere decir en términos políticos, sociales e, incluso, personales”, nos dice Orlando Aquije, artista y diseñador gráfico.
“Hay que distinguir entre el grafiti y el arte urbano. El grafiti es básicamente letras, casi siempre ilegal y, por su naturaleza, bastante efímero pues, o son reemplazados por otros, o son prontamente borrados. Por ello, es bastante difícil encontrar grafitis emblemáticos en cualquier ciudad del mundo”, nos sigue explicando Aquije.
“Por eso, su registro como imagen es esencial. Hoy, en tiempos digitales, de redes sociales, donde todo es imagen incluso las letras de un grafiti, eso es esencial (y bastante común) para hacerlo menos efímero”, prosigue Orlando.
El arte urbano, aquel que usa como lienzo los muros de la ciudad, no siempre es ilegal, suele ser más elaborado, a veces contratado y mejor valorado, situación que le asegura una permanencia más larga. Aunque también es frecuente que sean vandalizados o borrados. Los artistas tienen, para esto, una frase, sobre todo dirigida a las autoridades: “Borraron uno, pintaremos mil”.
Si bien la mayoría de las veces nacen producto de la iniciativa de los propios artistas, muchas veces son promovidos por las autoridades locales y hasta por empresas privadas. Esto pasó, por ejemplo, el año pasado con Lima Mural, que reunió a artistas urbanos del Perú y otras partes del mundo, cuyo trabajo puede aún ser apreciado en algunas calles de Miraflores, Surquillo y el Callao.
En Lima, hoteles cinco estrellas, bares y restaurantes, centros comerciales, ciudadanos de a pie y hasta galeristas están contratando a los principales artistas urbanos para que pinten las paredes de sus calles, de sus edificios, de sus casas, de sus centros de exposición.
Mario Figueroa, director del BTH Hotel, edificio que tiene en uno de sus inmensos muros la obra del artista español Nano 4814, nos explica por qué su empresa optó por darle cabida a este arte muchas veces mal visto (y mal apreciado): “Somos un hotel de concepto vanguardista, que rompe todo tipo de paradigmas, más aún en una ciudad como Lima. Somos un espacio trasgresor y cosmopolita, que fomenta las nuevas formas del arte y de la cultura. Además, hemos construido una “Love Mark”, de valoración emocional, donde el arte urbano es esencial. Es decir, darles espacio a estos artistas significa ser coherentes con nuestra propuesta”.
LOS ARTISTAS, SUS OBRAS
Hoy, así como son sonoros los nombres de artistas como Llona y Bendayán, también resuenan con mucha fuerza, sobre todo entre los más jóvenes, los nombres de Pésimo, Entes, Jimbo, Peremese, Jade, Conrad, Seimiek, Decertor, Miguel del Cuadro, Lafefacox, Estefanía Fernández, Caro Paz, Mekilu, Nemo y varios más.
Y resuenan porque su obra es, quizás, por estar en las calles, más visible que la de artistas consagrados dentro de los terrenos de la formalidad y la academia. “Nuestra escuela ha sido la calle”, nos dijo Conrad recordando los días que abandonó Bellas Artes por sentirse ajeno, parametrado.
De la mano de Conrad, Orlando Aquije y Lucho Chumpitazi, también diseñador gráfico y artista urbano, recorrimos la ciudad en busca de algunas obras emblemáticas de este arte callejero que, con color, rebeldía, espíritu lúdico y cierta conciencia crítica, se han convertido en parte de nuestro paisaje.
✓En el BTH Hotel, de Córpac, el mural de Nano 4814.
✓En el hotel Westin, de San Isidro, obra de Conrad.
✓En el hotel Aloft, de Miraflores, obra de Pésimo y Conrad.
✓En la calle Cajamarca, en Barranco, obras de Entes, Pésimo, Lu (Argentina), Zue (Colombia), Stfi (Chile) y otros.
✓En la cuadra 4 de Grau, en Barranco, un mural de Seimiek.
✓En Bolívar con Larco, en Miraflores, hay obra del colectivo DMJC (Dedos Manchados en la Jungla de Cemento) que integran artistas como Mofesa, Conrad, Pésimo y otros.
✓En Callao Monumental destacan los murales de Decertor.
✓En la cuadra 3 de Mariano Melgar, en Miraflores, mural de Estefanía Cox, más conocida como Lafefacox.
✓“Tropical Terror”, obra de Entes y Pésimo en la cuadra 13 de La Mar, Miraflores.
✓La Tapada Limeña, obra del brasileño Senna en el cruce de Colón y San Martín, Miraflores.
✓Mural de Pésimo en las paredes del Jockey Plaza, Surco.
El arte faite de las calles del Callao, de Alexis Villanueva Puente, más conocido como ‘Salsa’, quien ha pintado, además de salseros como Héctor Lavoe, a algunos controvertidos personajes de la zona.
El arte solo algunas veces es estética. El más valioso, el que perdura, es el que refleja su época. Quizás hoy sean los tiempos del arte urbano, uno que, aunque a veces ocupe galerías, si es auténtico, siempre será rebelde, contestatario.
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