“Seguiremos viajando porque la curiosidad cultural no puede ser eliminada”, cita un artículo de la revista Foreign Policy que analiza, desde diferentes frentes, cómo se desarrollará el turismo y la forma en que se viajará durante y después de la pandemia. Este mes, los países de la Unión Europea reabrieron sus fronteras a los visitantes de determinadas naciones. Singapur y China también permiten ya algunos viajes entre sí, siempre y cuando los pasajeros que den negativos en la prueba del coronavirus. En el Perú, en cambio, las fronteras permanecen cerradas. ¿Quiénes serán los primeros que se animen a recorrer el país cuando esté permitido?
El presidente de la Cámara Nacional del Turismo del Perú (Canatur), Carlos Canales, espera que hacia el tercer trimestre del año empiece a reactivarse el turismo corporativo y el turismo interno. Cree que en el caso del turismo doméstico los viajeros serán millennials, por tener un perfil más arriesgado, y que optarán por viajar en auto propio a zonas cercanas, como Cañete, Santa Eulalia o Paramonga. Los que viajen en avión podrían visitar Cuzco o las playas del norte.
La directora de la Facultad de Administración en Hotelería y Turismo en la UPC, Ginnina Robinson, señala que el turista optará por estar más al aire libre, en contacto con el medio ambiente, en lugar de visitar museos u otros espacios cerrados en los que aumenta el riesgo de contagio. Perú tiene varias opciones de turismo de naturaleza, como senderismo o avistamiento de aves.
Sin embargo, en el caso del turismo interno, Canales indica que una limitante a este tipo de viajes sería la crisis económica generada por la cuarentena y el hecho de que muchos trabajadores ya han agotado sus vacaciones (vacaciones anticipadas).
Por otro lado, Robinson considera que, según lo visto en Europa, que ya ha abierto fronteras, podría prevalecer también, al menos de manera inmediata, el turismo continental, es decir, sudamericano, especialmente de Chile y Colombia, por razones de cercanía, costos y similitud de realidades. “En general, el turista va a tener cierto recelo de salir de su zona de confort. Entonces, va a buscar algo muy similar a su hábitat”, dice.
Sin embargo, Robinson precisa que el turista estará dispuesto a venir solo en función de las garantías de seguridad sanitaria que ofrezca el país. “No solo por las medidas y protocolos que tomemos, sino inclusive por el número de contagios diarios. Perú ahora es uno de los países con más contagios. Si eso se mantiene, va a ser muy difícil que la gente se arriesgue a venir y que el turismo se reactive de forma inmediata”, enfatiza.
Los siguientes en venir
A mediano plazo, Canales indica que llegarían turistas de zonas más alejadas. “En estas circunstancias, es más fácil traer a un europeo que a un estadounidense”, asegura. Esto debido a que el miedo a viajar está más presente en Estados Unidos, el país más afectado actualmente por la COVID-19, que en Europa. Además, el Perú cuenta con las características que los europeos buscan en un país: cultura, naturaleza y destino exótico, así como muchos atractivos turísticos en espacios abiertos, como Machu Picchu.
En su conjunto, suelen venir unos 750,000 turistas europeos al Perú, principalmente españoles, alemanes, franceses, ingleses e italianos de unos 50 años. “Es posible que ellos empiecen a venir a partir de marzo o abril del próximo año”, adelanta Canales. Calcula que viajarán en grupos de 12 personas. Antes de la pandemia, viajaban en grupos de 25.
Según el presidente de Canatur, los turistas europeos gastan en el Perú alrededor de US$ 3,000. Por ejemplo, los alemanes —vienen aproximadamente 100,000— permanecen casi 18 días en el país y tienen un gasto promedio de US$ 3,500, además del boleto de avión. Debido a su poder adquisitivo suelen visitar más de cuatro ciudades, entre ellas Lima, Ica, Cusco, Arequipa y Puno. Los españoles —unos 200,000— vienen por menos tiempo, pero más seguido, debido a que tienen familiares o amigos en el Perú. Los franceses, ingleses e italianos gastan en promedio US$ 2.500.
Sin embargo, una restricción a la llegada de los turistas será la menor conectividad. De las 42 frecuencias semanales entre Lima y Madrid, se espera que la cifra se reduzca a 10. Eso complica aún más la llegada de turistas asiáticos. Además, la caída en la visita de viajeros de Estados Unidos a la que refiere Canales sería un fuerte golpe al turismo peruano, pues de dicho país proviene la mayoría de turistas que viajan al Perú. Al año vienen casi 700,000.
“Hasta que no exista una vacuna, tenemos que luchar contra el factor psicológico del miedo a viajar y generar confianza en el cumplimiento de protocolos sanitarios”, exhorta el presidente de Canatur.