La situación empresarial del Cusco es similar al del resto del país. Empresas que quiebran o cambian de giro de negocio impactadas por el golpe económico producido por la pandemia del COVID-19. De acuerdo con Joel Farfán, presidente de la Cámara de Comercio de Cusco, este año el PBI regional tendría una caída -15%, porque se dejaría de percibir unos S/5,000 millones a fin de año.
Según el empresario, la caída en el sector construcción y actividades como restaurantes, comercio y hospedajes, han generado el desplome en la economía cusqueña. Ante ello es necesario realizar inversiones en megaproyectos y reactivar el turismo.
“Hicimos una encuesta que nos reveló que en el primer mes de cuarentena, el 2% de empresas cusqueñas quebró. Para el segundo mes, el 30% de negocios estaba en peligro y en el tercer mes de la pandemia el 70% corría riesgo”, dijo Farfán a Gestión.pe. Agregó que el aporte de Reactiva Perú permitió favorecer a unas 3,000 empresas a resistir la dura situación.
Acciones
A fin de mitigar el impacto económico, diversas empresas, principalmente las ligadas al sector turismo, como alojamientos y restaurantes han tomado acciones. “La micro, pequeña y mediana empresa dedicada al sector turismo han empezado a dejar la zona monumental donde los arriendos son más altos y han migrado a sitios no tan céntricos para obtener alquileres más baratos. Además, han tenido que reinventarse implementando transformación digital y envíos”, detalló.
Estos restaurantes al migrar y a fin de no perder su clientela optaron por el canal del delivery para continuar obteniendo ingresos. “Hemos hecho ferias virtuales para dinamizar este sistema en la ‘Ciudad Imperial’. Los restaurantes top han empezado a ofrecerlo también”, mencionó Farfán.
En tanto, los alojamientos y agencias de turismo siguen a la expectativa de poder reactivarse. Farfán considera que el turismo interno podrá poner en pie a este sector, pero para ello será necesario brindar confianza al visitante, con protocolos de bioseguridad a fin de que puedan disfrutar su estadía en la zona monumental, Valle Sagrado y Machu Picchu, que abriría sus puertas en noviembre.
Impulsar otros sectores
Si bien Cusco no se caracteriza por ser una región agrícola, tiene extensos terrenos que pueden ser aprovechados para impulsar el sector agropecuario, afirma el líder gremial.
“Hemos estado planteando las cadenas de producción de la palta en el valle de Limatambo (Anta), en el hilo de alpaca, estamos trabajando mucho con la quinua y en la producción de animales menores como el cuy. También promoveremos la producción de queso y lácteos”, manifiesta.
Señala que es necesario repotenciar esta actividad, ante la caída de otros sectores a fin de encontrar nuevas formas de aportar al PBI.
“Cusco se quiere sumar a esos proyectos. Las agencias de desarrollo del Gobierno Regional junto a Procompite. Vamos a hacer un análisis geográfico para poder presentarle al Estado que impulse el desarrollo del agro”, detalla.
Por el momento, el sector agropecuario representa solo el 3% de la actividad cusqueña, pero esperan que ello comience a incrementarse con el tiempo.