Pese a que el ejecutivo no ha definido cuáles serán los sectores impactados por la anunciada política de eliminación de beneficios tributarios, los productores de palma aceitera ya se oponen a dicha medida.
Gregorio Sáenz, gerente general de Junpalma (Asociación de palmeros creada en 2015 que comprende más del 80% de productores de palma) señaló que el gobierno está buscando eliminar la Ley de la Amazonía en su política de eliminar las exoneraciones tributarias.
Con dicha ley, precisó, la industria de palma tiene beneficios tributarios donde pagan 10% de renta y recuperan el 25% del IGV. El impacto, señaló, sería de S/ 10 millones solo en Junpalma y afectaría el 30% de las utilidades en el sector industrial de palma.
El ingreso promedio anual de productores de palma aceitera en Lamas-Alto Amazonas fue, para 2016, de US$ 9,081. El ingreso promedio mensual es de US$ 757, casi 3 veces la RMV. La productora de palma, en la misma región, percibió al 2016, US$ 7,784 de ingresos anuales.
Durante el 2017, los productores de palma de aceite generaron más de 249,058 toneladas. La mayor parte de las ventas van a la industria alimentaria y apenas poco más del 5% se destinaría, este año, a la producción de biodiesel.
Asimismo, explicó que la oferta nacional de producción de aceite crudo fue del 0.4% de la producción mundial de aceite de palma y 0.12% de producción mundial de aceites vegetales.
El mercado de empresas agroindustriales de palma aceitera vinculadas al desarrollo alternativo generó US$ 406 millones de ingresos entre 2000 y 2017 (este último año ingresos fueron de US$ 65.8 millones).
La palma aceitera se cultiva en 16 distritos en nueve provincias de San Martín, Huánuco, Ucayali y Loreto y beneficia a más de 7000 familias.
De acuerdo a cifras de la asociación, la superficie cultivada en 2016 fue de 86,225 hectáreas y, para 2028, sería de 250 mil hectáreas. Muchas de estas, según dijo Sáenz, se desarrollarían en áreas ya deforestadas.
Cabe recordar que según la reciente promulgación de la Ley Marco de Cambio Climático, en 2017 Perú perdió una superficie boscosa de alrededor de 143.000 hectáreas, equivalente a unos 200,000 campos de fútbol, talados en su mayoría para hacer cultivos a gran escala de palma aceitera y minería aurífera ilegal en ríos.