Los precios al consumidor subyacentes en Estados Unidos subieron en agosto a su tasa más lenta en seis meses, lo que sugiere que la inflación había tocado techo pero que se podría mantener alta en medio de las persistentes restricciones de oferta.
La desaceleración de las presiones sobre los precios que reportó el martes el Departamento de Trabajo está en línea con la creencia del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, de que la alta inflación es transitoria.
Pero los economistas advierten que es muy pronto para celebrar y esperan que en noviembre el banco central presente planes para comenzar a reducir su masivo programa mensual de compra de bonos.
“La inflación sigue siendo preocupantemente fuerte, aunque no está explotando como a principios de año”, dijo James McCann, economista de Aberdeen Standard Investments. “Si seguimos viendo reducciones en la inflación en los próximos seis meses, se debería aliviar la presión para que la Fed siga rápidamente el ‘tapering’ con alzas de tasas de interés”.
El índice de precios al consumidor, excluidos los componentes volátiles de alimentos y energía, subió un 0.1% el mes pasado. Fue la menor alza desde febrero y siguió a un aumento del 0.3% en julio.
El IPC subyacente se frenó por una caída del 1.5% en los precios de los automóviles y camionetas usados, con lo que dio fin a cinco aumentos mensuales consecutivos. Los fuertes aumentos en los precios de vehículos usados, así como en servicios de las industrias más afectadas por la pandemia, estuvieron detrás del calentamiento de la inflación a principios de año.
Las tarifas de las aerolíneas se desplomaron un 9.1% en agosto, probablemente debido a que un resurgimiento de las infecciones de COVID-19, impulsado por la variante Delta del coronavirus, redujo la demanda de viajes aéreos.
El pronóstico era que el IPC subyacente ganaría un 0.3%. En los 12 meses hasta agosto, la medición subió un 4,0% después de avanzar un 4.3% en los 12 meses hasta julio.
El IPC general subió un 0.3% en agosto, el menor aumento desde enero, después de ganar un 0.5% en julio. El índice de alimentos aumentó un 0.4%, desacelerando tras dos meses consecutivos de fuertes ganancias y los precios de la gasolina subieron un 2.8% después de un alza de 2,4% en julio.
En los 12 meses hasta agosto, el IPC aumentó un 5.3% después de dispararse un 5.4% interanual en julio.