Cansado de que su ciudad natal de Bristol fuera el hazmerreír del deporte británico, el multimillonario inglés Steve Lansdown se propuso enderezar la situación, siguiendo el modelo de un club con éxitos en tantas disciplinas como el Barcelona.
Landsdown, de 66 años, que hizo fortuna en los servicios financieros, asegura que su principal motivación para comprar el equipo de fútbol Bristol City, el de rugby Bristol Bears y el de baloncesto Bristol Flyers fue que estaba harto de que hasta los habitantes de la ciudad se mofasen de ellos.
Pero el multimillonario tiene ambiciosos planes a largo plazo: espera que el éxito deportivo de su club permita a esta ciudad del suroeste de Inglaterra competir con otras del norte más relevantes como Manchester o Liverpool.
Lansdown reconoce que su deporte preferido es el fútbol y explica que la idea de crear el club Bristol Sport se le ocurrió durante una visita a Barcelona y a las instalaciones de unas de las instituciones deportivas más icónicas del mundo.
"Fue un viaje muy afortunado, visité el Camp Nou y el museo del Barça y esperaba ver todos los trofeos del club de fútbol", explica el financiero a la AFP.
"Pero era mucho más que fútbol. Estaba el baloncesto y el waterpolo y todos los demás deportes y me hizo pensar que Bristol podría hacer algo similar", recuerda en su impresionante estadio Ashton Gate, con capacidad para 27,000 espectadores.
"Los políticos locales siempre dicen que Bristol debería ser como Manchester, Liverpool o me atrevería a decir Cardiff" en cuanto a desarrollo económico. "No hemos jugado en la misma liga pero el deporte podría auparnos hasta ella", dice de su ciudad, que perdió la potencia que tuvo como puerto comercial y de negocios durante la revolución industria.
La inversión de Lansdown ha empezado a dar algunos resultados.
Los Bristol Bears volvieron a la primera liga inglesa de rugby esta temporada y el Bristol City llegó a las semifinales de la copa en la anterior, donde se batieron como jabatos contra el Manchester City de Pep Guardiola.
Motivo, espera su propietario, de acallar las mofas de los habitantes de Bristol.
"Me gustaría pensar que la gente ya no lo hace y que lo toman en serio y lo respaldan", afirma.
"Nada que lamentar"
Lansdown quiere que las empresas basadas en la ciudad se involucren en patrocinar y apoyar a sus clubes y también en hacer emerger el talento deportivo local.
"Uno de nuestros eslóganes es hacer que Bristol esté orgulloso y lo enorgulleces con el éxito", afirma sobre la necesidad de "crear un camino deportivo desde la infancia hasta las filas profesionales".
El magnate considera que no hay suficientes clubes que se dediquen a alentar el talento de los jóvenes locales.
"Muchos clubes están trayendo jugadores de fuera y como resultado se está impidiendo que los jóvenes jugadores se abran camino".
Lansdown ambiciona que los Bristol Bears ganen la primera liga de rugby y se coronen campeones de Europa.
Sus esperanzas para el City son algo más modestas, pero le gustaría lograr que el equipo vuelva a la primera división inglesa donde no ha jugado desde hace casi 40 años.
Lansdown, uno de los más conocidos pesos pesados de las finanzas que defienden la salida de Reino Unido de la Unión Europea, afirma que pese al desgaste personal se lo está pasando en grande.
"Como todos los viajes, no son nunca fluidos y en una línea recta", reconoce. "Ha habido momentos complicados pero no cambiaría nada", dice.
"No tengo nada que lamentar. Todo el trabajo duro ha dado sus resultados [...] y estamos listos para seguir avanzando".