Demasiado prematuro. Eso es lo que Morgan Stanley tiene que decir sobre la compra de deudas de mercados emergentes, incluso cuando los diferenciales se amplían al máximo desde enero, en medio de la desaceleración del crecimiento mundial y la escalada en la guerra comercial de las dos mayores economías del mundo.
Estrategas del banco, liderados por James Lord, dijeron ser "cautelosos" respecto a la clase de activos porque los mercados aún necesitan digerir los riesgos actuales, lo que conlleva a primas de riesgo más amplias. No busquen una recuperación hasta el segundo semestre del año, dijeron en una nota el martes.
"A corto plazo, mantenemos una visión cautelosa y creemos que la perspectiva de los activos de riesgo en general es negativa", escribieron.
Un índice de JPMorgan que rastrea los bonos soberanos de mercados emergentes muestra que los diferenciales han aumentado en alrededor de 20 puntos básicos en la última semana a aproximadamente 362 puntos básicos. Deberían llegar a 370 puntos básicos para que valga la pena comprarlos, según Morgan Stanley.
Los estrategas se muestran bajistas ante las monedas del mundo en desarrollo, al decir que el dólar mantiene el apoyo del sólido crecimiento de EE.UU. y que las señales de la Reserva Federal indican que la barrera es alta para que el banco central asuma políticas de enfoque blando.
Otro riesgo para las divisas son los datos que sugieren que la productividad está creciendo a un ritmo más rápido en EE.UU. que en los mercados emergentes. Esto último ocurrió alrededor del 2014 y 2015 y coincidió con las monedas de las naciones en desarrollo que ingresaron a un mercado bajista.
Las excepciones son Rusia y Brasil, donde los estrategas ven ganancias en el rublo y el real y recomiendan adoptar posiciones largas. La perspectiva de los estrategas sobre el rublo se ve reforzada por una visión alcista en los precios del petróleo e indicadores fundamentales sólidos, mientras que en Brasil dicen que la mayor parte de la "complacencia del mercado" ya ha sido descontada.