Mohamed A. El-Erian
Mohamed A. El-Erian

Cuando los mercados experimentaron una repentina agitación hace un mes, sugerí cinco indicadores cuantitativos simples y fácilmente disponibles que podrían ayudar a los inversores a evaluar si ese episodio de volatilidad extrema sería una transición hacia mercados financieros mejor anclados en el mediano plazo.

Estas medidas pueden ser un indicador parcial para evaluar la salud de una transformación muy demorada y crítica para los mercados financieros: asegurar un cambio hacia mejores fundamentos que sustenten lo que ha sido predominantemente un resultado impulsado por la liquidez para el trío de valoraciones de mercado, volatilidad y correlaciones.

Este cambio coincidiría con la transición de los inversores para abandonar la confianza en que las inyecciones de liquidez de actores no comerciales (en particular los bancos centrales, que también proporcionan directrices políticas reconfortantes) continuarán reprimiendo cualquiera y todos los episodios de volatilidad.

Aunque todavía es pronto, aquí es donde nos encontramos en las métricas ahora que los mercados se han recuperado y el Nasdaq nuevamente está en un máximo récord:

Volatilidad: en lugar de volver a sus niveles inusualmente bajos después del espectacular repunte, la volatilidad (medida por el VIX) se ha negociado en su mayoría en el rango sugerido de 15 a 20 puntos necesario para un restablecimiento del mercado saludable.

Rendimientos de los títulos del Tesoro de Estados Unidos: el rendimiento de los bonos a 10 años se ha negociado entre 2.81% y 2.95%, dentro del rango de restablecimiento sugerido.

Diferenciales de rendimiento: los bonos de EE.UU. se han mantenido dentro del rango sugerido frente a los bonos del gobierno alemán a 10 años, que sirven como un punto de referencia importante para las tasas europeas.

Correlaciones: las correlaciones entre los activos de riesgo y los libres de riesgo han tendido a volver a su nivel histórico (negativo), aunque todavía no de manera consistente.

Monedas: el índice DXY ha mostrado más movimientos bidireccionales en las últimas semanas, cotizándose en un rango de 88.7 a 90.6. Aunque todavía son los primeros días, ha habido señales alentadoras de la posibilidad de un restablecimiento de precios de activos más saludables, a pesar de algunos desafíos recientes, incluido el resultado inconcluso de las elecciones en Italia, y la incertidumbre del mercado sobre la política comercial y la gestión económica de EE.UU. Sin embargo, la fortaleza subyacente de la economía de EE.UU. ha sido un importante impulsor del progreso.

El informe de empleos de febrero, publicado el 9 de marzo, presentó una vívida ilustración de esto. Al ir más allá de una imagen de "ricitos de oro" del mercado laboral, contenía aspectos positivos para los lados de la demanda y de la oferta de la economía, así como para las perspectivas de la política.

El gran tamaño y la naturaleza diversificada de la mejora en creación de empleo fueron recordatorios importantes del continuo dinamismo económico que aumenta la posibilidad de que la economía de EE.UU. pueda dejar atrás demasiados años de una "nueva normalidad" que implica un crecimiento bajo e insuficientemente inclusivo.

Los temores de que esto pueda llevar al La Reserva Federal a aumentar las tasas de manera más agresiva - es decir, cuatro o más alzas en el 2018, en lugar de las tres señaladas anteriormente --- fueron aliviados por un crecimiento salarial moderado y, lo que es más alentador, un sólido aumento en la participación laboral ya que los trabajadores que se sentían desalentados fueron atraídos nuevamente al mercado laboral.

Los mercados también se vieron alentados por las exclusiones arancelarias para Canadá y México que anunció la Casa Blanca el 8 de marzo, junto con señales de que se podrían considerar otras exenciones en el contexto de medidas concretas hacia un comercio más justo. Esta ayudó a mitigar las preocupaciones sobre las guerras comerciales que provocan estanflación.

La economía y los mercados deben seguir trabajando sobre todos estos aspectos, incluso haciendo más progresos en las reformas estructurales pro crecimiento en todo el mundo, una gestión de la demanda más equilibrada en algunas economías avanzadas y mayores esfuerzos para fortalecer la arquitectura económica regional en Europa.

Recuerde, no son solo los mercados los que están en transición a un conjunto más normal de condiciones para los rendimientos, la volatilidad y las correlaciones de las clases de activos esperadas. Este cambio coincide e interactúa con otras dos transiciones: en política, con el alejamiento de la dependencia excesiva de la política monetaria no convencional, y en los motores subyacentes de un crecimiento mayor y más inclusivo.

Por ahora, hay una probabilidad de alrededor de 65-35 de que las tres transiciones serán navegadas hábilmente, aunque con baches a lo largo del camino. Y estas son transiciones históricas importantes que se refieren a aspectos económicos, financieros, institucionales, políticos y del bienestar social.

Si son mal manejados, la economía global no volvería a la nueva normalidad después de la crisis financiera. En cambio, probablemente sería víctima de más recesiones periódicas, volatilidad financiera perturbadora, mayores tensiones comerciales mundiales, y políticas más complicadas tanto a nivel nacional como regional.

Por Mohamed A. El-Erian

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.