Según el informe denominado “Lloyd’s City Risk Index 2018”, realizado por la Universidad de Cambridge y la aseguradora inglesa Lloyd, la ciudad de Lima, capital del Perú, es la cuarta ciudad más riesgosa de América Latina y podría registrar pérdidas por US$ 3,880 millones anuales.
Lima se ubica por debajo de Ciudad de México, que ocupa el primer lugar del ranking con pérdidas potenciales por US$ 7,780 millones; Sao Paulo en Brasil ocupa el segundo lugar con US$ 6,540 millones y Buenos Aires en Argentina está en el tercer puesto con US$ 4,940 millones anuales.
El estudio señala que a pesar de que las catástrofes naturales están entre los riesgos “más dañinos”, las “amenazas relacionadas con el hombre” tienen un impacto aún más importante. De hecho un derrumbe en los mercados financieros es el mayor riesgo mundial, señala un informe del diario El Mercurio.
La capital del Perú supera en la lista a Río de Janeiro (Brasil) con US$ 2,720 millones, Bogotá (Colombia) con US$ 2,120 millones, Santiago (Chile) con US$ 1,990 millones, Santo Domingo (República Dominicana) con US$ 1,910 millones, Guadalajara (México) con US$ 1,690 millones y Brasilia (Brasil) con US$ 1,290 millones.
El estudio consideró 22 amenazas críticas en 279 grandes ciudades del mundo que suman el 41% de la economía mundial.
Entre las mayores amenazas que considera el estudio figuran la caída de los mercados, conflictos interestatales, tormentas tropicales, pandemias, inundaciones, conflictos civiles, ciberataques, terremotos, precios de los commodities y default (por deuda pública).
Desastres naturales
Al respecto, el experto en gestión de riesgos y adaptación al cambio climático, Pedro Ferradas, mencionó que solo los desastres naturales ocasionan pérdidas por más de US$ 40 millones anuales en todo el Perú.
“Esta cifra se explica porque en la última década no se han producido grandes desastres en nuestro país, aunque la cifra puede variar mucho dependiendo del número de desastres importantes en un lapso determinado”, comentó.
Dio como ejemplo que en las décadas de 1970, 1980, 1990 y del 2000, la situación fue mucho más grave y sólo los fenómenos de El Niño de 1982-83 y 1997-98 causaron pérdidas US$ 6,800 millones, mientras que los sismos entre 1970-2009 causaron pérdidas por casi US$ 29,000 millones.
“Pero las mayores pérdidas fueron debido al desastre de 1970 en Ancash donde fallecieron, según cifras oficiales, más de 69,000 personas. Sólo el terremoto del año 2007 devino en pérdidas por US$ 250 millones”, anotó.
Ferradas manifestó que los desastres asociados al Fenómeno El Niño son los que más afectan a la economía peruana porque pueden abarcar espacios regionales mucho más amplios y afectar viviendas, infraestructura estatal, medios de vida, entre otros.
“Los desastres de origen sísmico también tienen impacto porque causan más destrucción en las ciudades que es donde se concentran más bienes materiales. Lamentablemente no se puede cuantificar las pérdidas pero falta análisis de los impactos diferenciados, sobre todo teniendo en cuenta que los pobres son los más afectados”, refirió.