Una serie de medidas de las autoridades de China para regular los crecientes precios de las materias primas solo ha tenido un efecto fugaz, lo que ha dejado al centro de manufacturas más grande del mundo enfrentándose con la dura realidad de costos de insumos sustancialmente más altos en un futuro previsible.
La enorme industria manufacturera, la población y la economía de rápido crecimiento de China implican que tiene requisitos de productos básicos excepcionalmente grandes que superan con creces la producción nacional.
El reciente avance en los valores de todos los productos, desde el cobre hasta el carbón, ha elevado los precios al productor del país hasta sus mayores niveles desde el 2008, lastrando su recuperación de la pandemia de coronavirus.
Con las principales economías de Europa y América del Norte también volviendo a repuntar tras los cierres del coronavirus, solo se espera que la competencia por las materias primas se intensifique, lo que limitará la posibilidad de reducir los precios en el corto plazo.
“Las medidas recientes de las autoridades chinas han logrado quitar algo de espuma a los precios de las materias primas”, dijo Frederic Neumann, codirector de Economía Asiática de HSBC.
“A nivel de fundamentos, sin embargo, los precios de las materias primas son impulsados por la oferta y la demanda globales, en las que los funcionarios chinos solo pueden influir indirectamente”, explicó.
China importa aproximadamente la mitad de todos los metales clave, un tercio de todos los cultivos que se embarcan en el mundo y casi el 20% de los envíos mundiales de petróleo.
Pero junto con la inigualable influencia de la demanda viene una aguda exposición a la volatilidad del mercado de productos básicos y la interrupción de la cadena de suministros, lo que requiere que las autoridades actúen siempre que las condiciones del mercado amenacen a industrias críticas o a la población.
El gabinete de China calificó el aumento de los precios como “irrazonable” en una reunión del 19 de mayo, y dijo que fortalecerá su gestión del suministro de productos básicos. Llamó una ofensiva contra el “comercio malicioso” e instó a los productores de carbón a aumentar la producción.
La principal agencia de planificación de Pekín, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC), lanzó dos investigaciones en los mercados de carbón y mineral de hierro, mientras que la Administración Estatal de Reservas Estratégicas anunció una inusual venta de metales industriales destinados a cubrir brechas de suministros, a fin de enfriar los precios.
Estas medidas, incluido un nuevo anuncio de la NDRC de nuevas reglas que requieren más transparencia por parte de quienes fijan los precios de productos básicos a partir de agosto, constituyen la intervención de mercado más amplia de Pekín hasta la fecha.
Pero los precios de la mayoría de los insumos críticos, incluidos el carbón, el aluminio y el zinc de Shanghai, todavía se encuentran cerca de máximos de varios años.
“Vimos una caída en algunos de los precios de las materias primas (...) Eso te dice que (las medidas son) efectivas, al menos a corto plazo”, dijo Shan Hui, economista jefe para China de Goldman Sachs Asia, quien consideró que a largo plazo era necesario un análisis exhaustivo de la oferta y la demanda.
Inflación al rojo vivo
La principal preocupación de las autoridades chinas es que los precios más altos de las materias primas acelerarán la inflación y erosionarán el poder adquisitivo de los consumidores y la competitividad de los fabricantes, un riesgo que quedó en evidencia cuando un índice clave de inflación mayorista avanzó a un máximo en 12 años en mayo.
Aunque el ritmo de crecimiento de los precios en las fábricas de China se desaceleró ligeramente en junio cuando entraron en vigor las medidas de Pekín, el aumento interanual del 8,8% sigue siendo incómodamente alto para la mayoría de los fabricantes, que tienen un margen limitado para repercutir los costos más altos en medio de una competencia feroz.
Algunos economistas sostienen que los costos más altos son transitorios y se desvanecerán a medida que las cadenas de suministro se recuperen de la pandemia, pero otros apuntan a una producción mundial limitada, tiempos de reactivación lentos para nuevas operaciones mineras y una demanda creciente mientras las economías de todo el mundo reflotan.
Wu Shiping, analista de Tianfeng Futures, dijo que los precios del carbón coquizable, un ingrediente clave para la fabricación de acero, eran altos debido a la escasez de suministros.
“En cuanto al mineral de hierro, los envíos de las principales mineras cayeron y el mercado de futuros está siguiendo los precios al contado”, dijo.
El precio del mineral de hierro, que alimenta al gigantesco sector siderúrgico de China, ha caído más de una quinta parte desde el máximo histórico de mayo, aunque la situación se debe en parte a un freno en la producción de acero del país para reducir las emisiones.
El interés abierto, una medición del número de participantes con posiciones en el mercado, aún se encuentra en niveles elevados, lo que sugiere que el dinero especulativo no fue un gran impulsor del mercado y la mayoría de los tenedores de posiciones se sienten cómodos con el escrutinio más estricto.
Mientras tanto, las ventas de reservas estatales han tenido poco impacto significativo en los precios de referencia del cobre, aluminio y zinc del país, que se mantienen aproximadamente un 30% por encima de los niveles del año pasado.
Al señalar que las opciones de intervención por el lado de la oferta son limitadas a corto plazo, entre otras cosas porque la expansión de la capacidad lleva tiempo, Neumann de HSBC dijo que una mayor reducción de los precios de materias primas podría requerir en última instancia una desaceleración en los sectores de la economía china que son usuarios intensivos de insumos.
“Hay razones para esperar que esto suceda, en parte porque las condiciones crediticias más estrictas para las inmobiliarias pueden ralentizar el ritmo de la construcción de viviendas”, expresó.