La Bolsa de Cereales de Buenos Aires afirmó que podría reducir su estimación de cosecha de girasol, actualmente de 3.3 millones de toneladas, por bajos rindes y excesos de agua, en momentos en que la crisis en Ucrania hace crecer el interés mundial en el aceite de la oleaginosa de Argentina.
El país austral es un histórico productor de girasol y, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), el quinto exportador mundial de aceite de la oleaginosa y el tercero de su harina.
El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, los dos principales proveedores mundiales de girasol y sus derivados, ha diezmado la oferta mundial de estos productos y hecho subir a niveles récord sus precios, poniendo en escena a Argentina y otros actores como Turquía y la Unión Europea (UE).
“Los bajos rindes registrados sobre el sur del área agrícola, sumados a los registros de pérdidas de área por excesos hídricos y las expectativas de mermas de rinde por pérdidas de plantas y aparición de phomopsis (hongos), podrían comprometer el volumen final de producción”, dijo la Bolsa (BdeC).
La actual estimación de producción de girasol 2021-2022 de la BdeC se encuentra por debajo de los 3.4 millones de toneladas recolectados en el ciclo previo y del máximo de 4.5 millones de toneladas producido en la temporada 2007-2008.
Según el USDA, Argentina exportaría 725,000 toneladas de harina de girasol en el ciclo 2021-2022 -el principal proveedor del producto descontando a Rusia y Ucrania- y 630,000 toneladas de aceite de girasol, el tercer jugador en importancia sin incluir a los países de la región del Mar Negro.
El martes, el titular de la cámara de exportadores y procesadores de granos de Argentina CIARA-CEC dijo a Reuters que, junto a la demanda de países por el trigo argentino, ha habido un creciente interés por el aceite de girasol local tras la invasión rusa de Ucrania.
Argentina es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, el segundo de maíz y un importante proveedor internacional de trigo.