Redacción Gestión

redaccion@gestion.pe

(Bloomberg).- Los banqueros que trataron de manipular la tasa interbancaria de Londres con un aluvión de mensajes sin tacto, probablemente, no sabían que el impacto de sus actos repercutiría incluso en la tasa objetivo de la .

Sin embargo, – al igual que las burbujas de una botella de champán Bollinger – los efectos del escándalo del Libor todavía emanan a través de los mercados monetarios, varios años después.

En el 2014, el Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera (FSOC, por sus siglas en inglés) pidió a los reguladores de Estados Unidos evaluar la creación de un reemplazo para la tasa Libor – uno que resultara más inmune a los caprichos subjetivos, escandalosos e indecentes de los operadores.

El mes pasado, el Alternative Reference Rates Committe (ARRC), nombre con el que se conoce al organismo resultante, sugirió dos posibles sustitutos para el tan vilipendiado Libor.

Si bien la nueva tasa de referencia sería importante sencillamente por su capacidad de apuntalar los cientos de miles de millones de dólares en contratos de derivados, su relevancia podría llegar aún más allá. Una nueva investigación de Credit Suisse Securities USA LLC sugiere que la tasa elegida podría también convertirse en la nueva tasa objetivo de la Reserva Federal, sustituyendo así la tasa de los fondos federales que ha dominado los mercados monetarios durante décadas, pero que ha sido neutralizada por las recientes regulaciones y programas de compra de activos.

"Los asuntos relativos a las tasas de referencia alternativas y a las tasa de interés alternativas están entrelazados: idealmente deberían ser los mismos", escribe Zoltan Pozsar, director de economía para los Estados Unidos del banco suizo. "Por lo tanto, es probable que la tasa que el ARRC elija se convierta finalmente en la nueva tasa objetivo de la Fed. Sin embargo, ambas alternativas exhiben problemas".

Una posible nueva tasa objetivo llegaría en momentos en que se dice que el mercado de fondos federales está perdiendo relevancia debido a las nuevas normas que requieren que los bancos mantengan miles de millones de dólares en activos de alta calidad en sus balances, así como a la flexibilización cuantitativa de la Fed.

Si bien dicha regulación apuntaba a fortalecer el sistema bancario a raíz de las consecuencias de la crisis financiera, también tuvo el efecto imprevisto de empujar al mercado de fondos federales hacia un costado justo en el momento preciso en el que la Fed intentaba elevar las tasas, lo que provocó el uso de una nueva herramienta del banco central conocida como acuerdos de recompra inversa (RRP).

"La Flexibilización cuantitativa y el conjunto de medidas de reforma conocido como Basilea III han eutanasiado a los mercados de dinero interbancarios", escribe Pozsar. "No hay mucho movimiento en los mercados monetarios interbancarios en general, ya que el sistema bancario se encuentra inundado de grandes cantidades de reservas que los bancos deben acumular para cumplir con las nuevas reglas diseñadas para asegurar su supervivencia durante una tormenta de liquidez de 30 días".

La explosión del exceso de reservas como consecuencia de la flexibilización cuantitativa de la Fed significa que las instituciones financieras no tienen la necesidad de utilizar esta fuente de financiación interbancaria. Pero las regulaciones implican que todas las reservas se han convertido efectivamente en las reservas requeridas, explica Pozsar, ya que los bancos necesitan mantener estos activos de alta calidad con el fin de evitar que sus coeficientes de cobertura de liquidez se deterioren.

Como los balances de los bancos han sido consumidos en gran parte por estos nuevos requisitos, es poca la capacidad que resta como para poder involucrarse en lo que alguna vez fue el alma de los mercados monetarios; el arbitraje.

TAGS RELACIONADOS