La CIAT busca asegurar niveles apropiados de mortalidad por pesca que garanticen un aprovechamiento sostenible. (Foto: GEC)
La CIAT busca asegurar niveles apropiados de mortalidad por pesca que garanticen un aprovechamiento sostenible. (Foto: GEC)

La Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) concluyó este martes los debates iniciados a principios de este mes y acordó medidas de ordenación para los atunes tropicales que regirán a partir del 1 de enero de 2021.

El presidente de la CIAT, Alfonso Miranda, señaló que apegándose a la recomendación del personal científico y del Comité Científico Asesor se han prorrogado por un año las medidas vigentes aplicadas este año.

Miranda precisó que las medidas de protección al atún que se pusieron en vigencia en el presente año y que seguirán vigentes en el 2021 se refieren a las vedas, zonas de exclusión y límites de dispositivos agregadores.

“La CIAT sigue siendo un ejemplo mundial de protección de los recursos pesqueros y seguirá siendo un faro entre las organizaciones regionales de ordenamiento pesquero”, dijo.

Agregó que se ha definido un robusto plan que permitirá en el 2021 fortalecer las medidas adoptadas, revisándolas y actualizándolas, en particular las relativas a plantados, para asegurar niveles apropiados de mortalidad por pesca que garanticen un aprovechamiento sostenible.

El referido organismo que tiene 21 miembros plenos y cinco Estados cooperantes, es responsable de la conservación y ordenación del atún y otros recursos altamente migratorios en el Océano Pacífico Oriental y sus capturas anuales son aproximadamente el 13% del total mundial que supera los 7.5 millones de toneladas.

Con más de 70 años de existencia, la CIAT posee una estructura participativa y colaborativa de gestión que involucra a 21 miembros, 5 no miembros cooperantes y un personal científico altamente especializado.

Recientemente, se dispuso incorporar mecanismos de evaluación basados en el análisis de riesgo para anticipar el impacto de la pesca y asegurar la conservación, así como el uso sostenible de esas especies, sin desprecio de los beneficios sociales, económicos y ambientales que en el marco del enfoque ecosistémico aseguran la pesca responsable.