La promoción a máximo responsable de Sony de Kenichiro Yoshida eleva a un experimentado ejecutivo que fue clave para la recuperación de la compañía electrónica mediante dolorosos cambios.
Tras liderar Sony desde 2012, Kazuo Hirai abandonará el puesto para convertirse en presidente de la compañía, que tiene sede en Tokio. Yoshida, de 58 años, es muy respetado por el papel que desempeñó en la incorporación de disciplina financiera luego años de pérdidas en electrónica de consumo. Ambos han piloteado la recuperación de la compañía japonesa, que, según se estima, este año fiscal tendrá ganancias récord.
Hirai ascendió a Yoshida, que se desempeñaba en la unidad de servicios de internet en noviembre 2013 y medio año más tarde lo nombró director financiero y su mano derecha. Yoshida usó el mandato para eliminar empleos, vender la emblemática firma Vaio de computadoras personales de Sony, escindir la unidad de televisores y frenar las destructivas ambiciones de la compañía en cuanto a participación de mercado en teléfonos inteligentes.
“Conoce Sony en detalle y le complace esforzarse en busca de un crecimiento rentable”, dijo Atul Goyal, analista de Jefferies Group. “Yoshida habla con suavidad, pero al conocerlo se ve que tiene una gran inteligencia y una hábil mente política, algo necesario para moverse en una gran empresa como Sony”.
Yoshida, que lleva más de 30 años en Sony, pasó buena parte de su carrera fuera de las operaciones electrónicas centrales de la compañía, lo que comprendió su paso por las áreas financiera y de relación con los inversores. Entre 2000 y 2013 trabajó sobre todo en la firma de internet So-net, a cuyo frente quedó en 2005 y cuya salida a bolsa encabezó.
Apenas un mes después de convertirse en director financiero, Yoshida criticó a sus predecesores por no haber instrumentado un cambio en Sony a medida que cambiaba el sector electrónico. También empezó a proporcionar pronósticos de ventas específicos y metas de ganancias por segmentos, lo que hizo que las unidades de juegos, películas, música y aparatos resultaran transparentes para los inversores y la administración.
Al instrumentar reestructuraciones en divisiones moribundas, las comparó con cirugía de emergencia y aseguró que no habría “vacas sagradas”. Vaio pronto se vendió. Yoshida luego asumió una depreciación de US$1.500 millones por reorganizar el negocio de teléfonos inteligentes. Cuando se hizo evidente que la unidad de teléfonos seguía sin alcanzar sus objetivos, Hirai reemplazó a su responsable por Hiroki Totoki, estrecho colaborador de Yoshida desde los días de So-net. Ahora Totoki lo reemplazará como director financiero a partir del 1 de abril.
“La gran misión de Hirai era pasar a Sony del rojo al negro, de modo que ahora que se vislumbran ganancias récord supongo que se decidió que era hora de un cambio”, dijo Hideki Yasuda, analista de Ace Research Institute. “El hecho de que asciendan los hombres que tienen antecedentes sólidos será bien recibido en el mercado”.