El sistema financiero chileno se mantiene resiliente con un elevado nivel de solvencia, aunque enfrenta desafíos para el financiamiento de largo plazo, mientras que el principal riesgo a la estabilidad proviene de nuevas liquidaciones forzosas de activos, advirtió el Banco Central.
En su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) el organismo afirmó que nuevas liquidaciones, como resultado de un eventual cuarto retiro de ahorros en fondos de pensiones, reducirían aún más la capacidad del mercado de renta fija para proveer financiamiento y amortiguar shocks externos.
“El principal riesgo para la estabilidad financiera local proviene de nuevas liquidaciones forzosas de activos que continúen erosionando la intermediación de recursos y la mayor incertidumbre que esto conlleva”, señaló.
“Estos desarrollos limitan la capacidad del sistema financiero, empresas y hogares, para soportar correcciones y/o eventos disruptivos, los que han cobrado mayor probabilidad de ocurrencia, tanto en el ámbito interno como externo”, agregó.
Actualmente el Congreso discute un proyecto de ley que permite un cuarto retiro del 10% de los ahorros para pensiones, que han sido promovidos por legisladores de oposición como una medida para paliar el efecto económico de la pandemia de coronavirus en los hogares.
Los retiros de ahorros previsionales han provocado una reducción del tamaño de los fondos de pensiones de cerca de 18% del Producto Bruto Interno (PBI), impactando al mercado de renta fija, detalló el informe.
El Banco consideró que, si bien los retiros incrementaron la liquidez de corto plazo de hogares y empresas, han alimentado adicionalmente la demanda impulsando a la economía a crecer más allá de su potencial y provocaron un daño estructural al mercado de capitales cuyos efectos de corto plazo ya se están comenzando a percibir.
La rápida recuperación de la actividad llevaría a la economía del mayor productor mundial de cobre a crecer dos dígitos este año y ha llevado al Central a iniciar un acelerado retiro del estímulo monetario aplicado desde el inicio de la pandemia.
Adicionalmente, el IEF señaló que la elevada incertidumbre ha aumentado la demanda de activos en dólares e intensificado salida de capitales, iniciada desde el estallido social de octubre del 2019.
“Preocupan las posibilidades de una contracción del crédito frente a mayores percepciones de riesgo, así como la vulnerabilidad de sectores más apalancados que se vean afectados por deterioros de sus mercados”, acotó.
Explicó que desde el informe anterior las tasas de interés de largo plazo se han elevado más de 250 puntos base (pb), mientras la moneda local se ha depreciado 17%.
Además, los cambios en las condiciones financieras, en las valoraciones bursátiles y la mayor incertidumbre en torno a las inversiones se ha traducido en un significativo aumento del reparto de dividendos de las empresas, combinando el efecto de mayores utilidades y un menor ahorro corporativo.