La solvencia de la banca europea, que apenas se resintió al comienzo de la crisis del COVID-19 gracias a una intervención pública masiva, ha seguido mejorando hasta la primera mitad de este año, mientras que la rentabilidad ha experimentado una rapidísima recuperación desde niveles históricamente bajos.
Estos son algunos de los elementos más destacados del ejercicio anual de transparencia publicado este viernes por la Agencia Bancaria Europea (EBA), que no obstante lanza varios mensajes de prudencia en dirección de los bancos, por ejemplo, a la hora de distribuir dividendos u otros mecanismos de remuneración.
En los 120 bancos de 25 países de la Unión Europea (UE) que toma como muestra la EBA en su informe (y que representan más del 80% del sector), el nivel de solvencia en el primer trimestre del 2020, cuando llegó el choque del coronavirus, bajó cinco décimas a 14.3%, pero desde entonces ya ascendió a 15.5% a finales de ese año.
La ratio de capital de máxima calidad (CET1) y adelantando los futuros requerimientos normativos (“fully loaded”) se mantuvo en ese 15.5% en el segundo trimestre del 2021, a lo que contribuyeron los buenos resultados de la primera mitad del año, así como la disponibilidad de fondos en el mercado y la financiación que ha seguido ofreciendo el Banco Central Europeo (BCE).
Más marcado ha sido el avance en el ratio de liquidez, que no ha dejado de progresar rápidamente durante toda la crisis, al pasar del 149% a finales de marzo del 2020 al 174.5% a fecha del pasado 30 de junio.
En paralelo, el peso de los créditos morosos ha continuado su tendencia a la baja que se viene constatando desde la crisis financiera global, y ha pasado de representar un 2.9% en el segundo trimestre del 2020 a 2.3% un año después.
Esa evolución favorable queda, no obstante, matizada si se observa el comportamiento de los préstamos en vigilancia especial, es decir, aquellos que corren el riesgo de convertirse en créditos morosos. Su porcentaje pasó en esos mismos doce meses de 8.2% a 8.8%.
Le EBA indicó que, aunque globalmente hayan disminuido, los créditos morosos han aumentado en los sectores económicos más afectados por la pandemia.
Igual muestra su preocupación por los créditos garantizados por el Estado y que son objeto de una moratoria de reembolso, ya que cada vez un mayor número de ellos están pasando a catalogarse como morosos o en vigilancia especial.
Por lo que se refiere a la rentabilidad, que se hundió al comienzo de la crisis hasta un mínimo de 0.4% en el segundo trimestre del 2020, en la segunda mitad del año empezó una lenta recuperación, hasta 1.9% a finales de diciembre, que ha cambiado de escala en el primer semestre del 2021.
La cuenta de resultados en los bancos en esos seis meses, gracias en particular al tirón de los mercados financieros, ha permitido que la rentabilidad sobre el capital (RoE, en sus siglas en inglés) dé un salto espectacular a 7.6% al final del primer trimestre y a 7.4% a fecha del 30 de junio, niveles que no se alcanzaban desde el 2017.
La EBA hizo notar que los tipos de interés a niveles bajísimos e incluso negativos siguen pesando en los márgenes con los que pueden prestar dinero los bancos y a eso se añade la competencia dentro del sector, pero también con las empresas de tecnofinanzas.