Redacción Gestión

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Italia, que está buscando todos los mecanismos económicos y financieros posibles para reducir su de 130% de su PBI, se ha puesto como objetivo vender una buena parte de su patrimonio inmobiliario. Sin embargo, no puede lograrlo, al menos en el corto plazo, porque ignora la cuantía de lo que se supone que es una inmensa fortuna.

Según el diario El Mercurio de Chile, que cita al Ministerio de Economía y Finanzas de Italia, el patrimonio arquitectónico de ese país tendría un valor de US$ 387,600 millones, aunque organismos privados lo valorizan en US$ 500,000 millones.

No obstante, el gobierno que dirige el primer ministro Matteo Renzi, gasta más de US$ 1,000 millones anuales en arrendar sedes y oficinas oficiales.

El desorden y desconocimiento del Estado italiano se debe, entre otros motivos, a que un 40% de las reparticiones públicas no dan información sobre cuántas propiedades poseen, dónde están ubicadas y en cuánto están valorizadas.

De esta manera, si el Gobierno quiere cumplir su objetivo de vender palacios y otros valiosos edificios, deberá primero determinar cuántas construcciones posee y en manos de quiénes están.