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Los emprendedores deben tolerar el fracaso y pensar de una manera global para crear compañías emergentes que den una respuesta a los problemas sociales más acuciantes, coincidieron expertos del sector en Sao Paulo durante el Foro Económico Mundial para Latinoamérica.

Especialistas del sector público y privado debatieron sobre los desafíos que enfrentan las llamadas "star-ups" latinoamericanas para convertirse en "unicornios", es decir, en empresas con un valor superior a US$ 1,000 millones.

"Para crear una estructura de éxito tiene que ser global y para ser global uno tiene que solucionar los problemas de los seres humanos y no solo los desafíos de su país", afirmó Amiram Appelbaum, científico jefe en el Ministerio de Economía e Industria de Israel.

En la misma línea se mostró Enrique Ortegon, jefe de operaciones de Salesforce en Latinoamérica, quien señaló que los emprendedores tienen que pensar en crear compañías "que resuelvan problemas significativos" compartidos por varios países y que "generen empleos".

En la mesa participó Marco Crespo, presidente de Gympass, una aplicación que ha revolucionado el funcionamiento de los gimnasios al permitir el acceso a distintos centros con una sola suscripción a través de esta herramienta electrónica.

Crespo manifestó que parte de su éxito se debe a que decidieron "no centrarse solo en Brasil y buscar otras fronteras" con el reto de emprender en otros países: "Si tenemos la ambición global es mucho más interesante".

El punto de vista político lo puso Andy Freire, legislador de Buenos Aires, al afirmar que Latinoamérica, más que unicornios, necesita "caballos criollos", que son los que "mueven" la economía.

"Cuando uno mira los números duros el 90 % de los empleos los crean las pequeñas y medianas empresas", apuntó.

De acuerdo con los expertos, otro de las claves para sobrevivir en el competido mundo de las compañías emergentes tiene que ver con un cambio cultural más profundo en el cual se empiece a aceptar el fracaso como algo cotidiano y sin dramatismo.

"Casi todos los emprendimientos fracasan la primera vez, estamos en una cultura que no acepta el fracaso y esta cultura tiene que cambiar. El modelo debe dar espacio para el fracaso", apuntó Appelbaum.

Freire reveló en este aspecto que, si bien Argentina se sitúa entre los países de la región que más emprenden, también está entre los primeros en tasa de fracaso y ahí es donde, a su juicio, los gobiernos tienen que ayudar para revertir esa estadística.

Desde el 2010, varios países latinoamericanos han introducido en sus agendas programas específicos para fomentar las 'startups', entre ellos, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Perú y Uruguay.

"En los próximos 3-5 años vamos a ver muchas compañías romper ese techo de cristal, ser más exitosas y convertirse en unicornios. Estamos en la dirección correcta", vaticinó Hernán Kazah, cofundador del fondo de inversión Kaszek Ventures.

"La tecnología está cambiando todos los aspectos de la vida social y económica. Latinoamérica no es una excepción. El ecosistema se está empezando a tejer, pero falta tener la manta completa", añadió.