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Desde que el 11 de marzo de este año volvió a La Moneda, ha sido materia de análisis a nivel internacional. Y no sólo por la magnitud de las reformas que está llevando a cabo la mandataria en su segundo paso por palacio, sino por el evidente deterioro de los indicadores económicos, proceso que eso sí comenzó a gestarse meses antes de que asumiera la primera magistratura nacional.

A más de siete meses de aquello, se convirtió ayer en la primera agencia clasificadora de riesgo que se pronuncia sobre la nota soberana del país en el marco de la nueva administración. Así, la entidad ratificó en A+ el rating soberano en moneda extranjera a largo plazo del país, con una perspectiva "estable".

Asimismo, ratificó en AA- la nota soberana en moneda doméstica. De esta manera, el techo en la clasificación soberana se mantuvo en AA+, un escalón bajo el máximo aspirable de AAA.

Si bien la agencia no innovó en la acción de rating, sí lo hizo en las advertencias que lanzó al país. Es que Fitch señaló que la posibilidad de que continúen deteriorándose los indicadores de actividad y expectativas podría comprometer en el largo plazo la nota del país.

"Uno de los principales factores que individual o colectivamente podría gatillar una acción de rating negativa incluye un persistente debilitamiento en las expectativas de crecimiento e inversión, así como un severo y consistente deterioro en los términos de intercambio, lo que podría llevar a un debilitamiento de las cuentas fiscales y de la cuenta corriente", advirtió el informe de la agencia.

Menor dinamismo macroEn este contexto, Fitch reconoció que la economía chilena ha tenido un desempeño más bajo en el último tiempo y proyecta que en promedio el PBI avanzará 2.7% en 2015-2016.

"Se espera que la economía chilena crezca 1.8% en 2014, desde el 5.3% promedio en los cuatro años previos. La desaceleración fue causada por una combinación de factores externos y domésticos, afectando la confianza empresarial y las expectativas de inversión", dijo el informe firmado por el analista Santiago Mosquera.

Ante este escenario, Fitch reiteró que hay "riesgos persistentes" para la economía chilena. "Si bien el gobierno ha anunciado medidas para abordar los problemas que enfrenta la economía, tales como los altos costos de la energía y la baja productividad, aún no es claro qué tan efectivas serán estas medidas en términos de resultados concretos", señaló el escrito

Por el lado de los factores positivos, Fitch destacó la "fuerte" y "prudente" política fiscal del país, con una deuda fiscal "baja", un régimen de política monetaria "efectivo y creíble", un tipo de cambio flotante, un sistema financiero "fuerte" y un modelo económico basado en "mercados competitivos".

"Estas fortalezas compensan de manera suficiente su alta dependencia de los precios de las materias primas, el bajo ingreso per cápita y los bajos indicadores de desarrollo humano", afirmó la entidad, que señaló que espera que el marco de política de "prudencia" e incentivo hacia los negocios y el sector privado "se mantenga firme".