Ante la expansión del covid-19 en el mundo, varias automotrices han paralizado sus fábricas para evitar un mayor contagio. Y en Perú, las medidas se han orientado al cierre de todos los concesionarios, en atención a lo dispuesto por el Gobierno.
Sin embargo, la Asociación Automotriz del Perú (APP) señaló que las marcas buscan sostener el negocio y atenuar la probable caída recibiendo solicitudes de información del público a través del Internet.
“También mantienen los talleres mecánicos para atender a vehículos de Emergencia, de la Fuerzas Armadas, la Policía, Salud, y otros que permiten mantener garantizado el abastecimiento de alimentos en las ciudades”, comentó a Gestión su gerente de Estudios Económicos, Alberto Morisaki.
En tanto, Marco Kohatsu, Country Manager de General Motors (Chevrolet), indicó que días antes de la orden de aislamiento en Perú ya habían recibido una directiva de su casa matriz para iniciar el home office. Así, aseguraron la continuidad del negocio en forma virtual.
“No nos hemos detenido, seguimos operando, pero coordinamos con los concesionarios para el cierre de las tiendas y talleres”, anotó, tras mencionar que han ofrecido vehículos para transportar a personal médico en estos días.
De cara al público, precisó que siguen trabajando de forma virtual con los clientes que requieren contactar a los equipos o para avanzar con las operaciones de ventas, con los cuidados necesarios y respetando el espacio de las familias de los colaboradores.
Perspectivas
Consultado por el impacto del Estado de Emergencia y aislamiento social en la venta de vehículos en el Perú, Morisaki consideró que aún es muy pronto para realizar una proyección real.
“La incertidumbre acerca de la duración y extensión de la pandemia hacen difícil visualizar su efecto final en las empresas”, sostuvo, aunque se mostró optimista en la recuperación de la economía del país.
Asimismo, Morisaki recordó que Perú y sufrido golpes económicos aún más fuertes y prolongados en el pasado, los cuales fueron superados. “Esta es una nueva prueba para salir a recuperar espacio”, expresó.
Sin embargo, reconoció que solo en marzo las inmatriculaciones de la empresa llegarían al 46% de lo proyectado. Luego de la cuarentena, confió en un repunte en la venta de vehículos, sobre todo de los orientados al trabajo.
“Habrá necesidad de las empresas de salir a recuperarse, eso hará que se reactive de la demanda de algunos modelos. En el caso de los vehículos de pasajeros, como las SUV mediana, si serán golpeadas. Mirando el año completo esperamos una mejora”, finalizó.
Importación
Si bien algunas plantas de producción en el mundo han paralizado sus actividades, Kohatsu refirió que hasta el momento no se observa mayor problema en la importación de vehículos, con excepción de ciertas restricciones en los embarques desde China.
Si bien todavía son inciertas las medidas que adoptarían más automotrices en abril, el ejecutivo afirmó que el mercado local no se quedaría sin suministro. Y es que, los importadores suelen tener stocks en almacenes, y estos tampoco se agotarían rápidamente ante una demanda que no sería muy alta en las semanas posteriores a la cuarentena. No obstante, reconoció que mantener inventarios en almacén sí eleva los costos financieros de las empresas.