Greensill Capital solicitó protección por bancarrota conforme al Capítulo 11 para su unidad estadounidense en Nueva York, una parte más del imperio de financiamiento comercial de Lex Greensill que busca protegerse de sus acreedores.
La firma radicó una petición de Administración en el Reino Unido a principios de marzo tras un colapso sorprendente para la firma de finanzas especializadas después de que partidarios clave se fueran por preocupaciones sobre la valoración de sus activos. El holding australiano de Greensill también acudió a protección por bancarrota a principios de este mes.
Greensill Capital Inc. listó activos de hasta US$ 50 millones y pasivos de hasta US$ 100 millones en su petición en Estados Unidos el jueves. La unidad no tiene deuda garantizada, según muestran documentos judiciales.
La filial, con sede en Nueva York, vendió productos de Greensill a clientes en las Américas y transfirió sus ingresos directamente a la empresa matriz, según documentos judiciales. Los contratos de la mayoría de los más de 70 empleados de la unidad fueron dados por terminados este mes.
Un portavoz de Greensill declinó hacer más comentarios.
Internamente
El escándalo ha enredado a una gran cantidad de las firmas financieras más grandes del mundo, desde su mayor inversionista SoftBank Group Corp. hasta el socio clave Credit Suisse Group AG.
El funcionamiento interno de la compañía ha sido el foco de atención después de que colapsó este mes, lo que genera dudas sobre cómo pasó de ser startup a unicornio tecnológico con una valoración estimada de US$ 7,000 millones.
La firma flaqueó después de que los contratos de seguro que respaldaban muchos de los créditos que Greensill otorgó no se renovaron el 1 de marzo, lo que obligó a Credit Suisse a congelar un grupo de fondos de US$ 10,000 millones que los compró.
La decisión se produjo en el mismo día que un tribunal de Australia rechazó un último esfuerzo de Greensill de obligar a la aseguradora a proporcionar una mayor cobertura. Eso desató una reacción en cadena que condujo a la desintegración del prestamista.
Los activos de la unidad estadounidense incluyen su participación en Finacity Corp., que planea vender durante la bancarrota. Otros activos incluyen US$ 400,000 en efectivo, muebles y equipos de oficina, entregados pero nunca utilizados debido a la pandemia, y ciertas “piezas de arte valiosas” expuestas en su sede de Manhattan, según documentos judiciales.
Peter Greensill Family Trust acordó proporcionar US$ 2 millones en financiamiento de bancarrota a la unidad estadounidense, que está sujeto a aprobación de la corte. Su primera audiencia en la corte está programada para el viernes por la tarde en Nueva York; el caso fue asignado al juez Michael E. Wiles.