(Foto: Financial Times)
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En un local de pruebas en el sudoeste de Alemania, uno de los fabricantes de ascensores más grandes del mundo está acelerando los ensayos del primer sistema que operará sin cables.

El elevador futurista de Thyssenkrupp desafía un diseño básico que no varió mucho durante siglos. En vez de estar atado a cuerdas y poleas, sube y baja por el pozo con ayuda de imanes.

“Psicológicamente, no hay diferencia”, dijo Andreas Schierenbeck, máximo ejecutivo de la división Thyssenkrupp Elevators, y descartó cualquier temor que genere la tecnología. “Algunos tienen miedo de entrar a un ascensor incluso con cables”.

El Multi, un elevador con levitación magnética (maglev, por su abreviatura en inglés) cuya primera aplicación comercial se planea para 2020 en un edificio de Berlín, pondrá a la empresa alemana de ingeniería un paso delante de sus rivales Otis, Kone Oyj y Schindler Holdings AG.

Thyssenkrupp, cuarta en el ranking mundial de ventas, apuesta a que el elevador le dará una ventaja justo cuando el mercado —estimado en US$ 60,000 millones de euros (US$ 71,000 millones) por Jefferies— está por crecer, impulsado por la demanda de edificios altos en centros urbanos densos.

“Hoy, la principal ventaja de Thyssenkrupp es ser la primera en el campo”, dijo David Varga, analista de Bankhaus Metzler que recomienda comprar las acciones. Desarrollar una nueva tecnología ayudará a la empresa al menos a retener participación de mercado en una industria donde es “muy difícil” sacarles mucha ventaja a los rivales.

Ganancias

La división de ascensores de Thyssenkrupp comenzó como algo suplementario para su sociedad controlante, el fabricante de acero más grande de Alemania.

En los últimos seis años, por una superabundancia global de acero que provocó un colapso en los precios y una fusión planeada con su rival Tata Steel, la unidad se transformó en una gallina de los huevos de oro que rinde más ganancias que las demás divisiones de la empresa.

Thyssenkrupp sostiene que, a diferencia de los sistemas de diseño tradicional, el Multi aumentará la eficiencia del transporte de personas en edificios.

Por ejemplo, más de una cabina puede usar el mismo pozo y subir, bajar o incluso desplazarse horizontalmente para dejar pasar a otra. Esta flexibilidad podría darles más libertad a los arquitectos y terminar transformando la silueta de las ciudades.

“Se recupera la libertad: no hay que usar el hueco del ascensor como elemento principal del diseño” en torno al cual se conciben los edificios, dijo Schierenbeck este mes en entrevista desde la sede de la empresa en Essen.

Los nuevos elevadores podrían funcionar en el exterior de los edificios o moverse en sentido horizontal entre los estacionamientos y las porterías, añadió.

Aunque el mercado chino, que es clave, se desaceleró por la caída de la construcción de propiedades y el endurecimiento de la competencia, Schierenbeck anticipa que aumente la demanda en las próximas décadas, a medida que millones de chinos se muden a las ciudades.

“Quizá los avances que estamos haciendo sean buenos, pero no lo suficientemente rápidos”, dijo. “Podríamos hacerlo mejor. Tal vez yo esté siendo el típico ingeniero alemán que siempre está mirando lo que no funciona”.

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