Por Conor Sen
Antes del informe de empleos del viernes, ha aumentado la evidencia para sugerir que, si bien el desempleo total en Estados Unidos sigue siendo alto, los sectores de manufactura y construcción podrían estar preparados para un tipo de recuperación en forma de V que no hemos visto en décadas.
Esto no ayudará a las perspectivas de trabajo de los camareros en Nueva York o San Francisco, o de las azafatas que esperan que los viajes aéreos vuelvan a los niveles previos a la pandemia, pero aumenta la posibilidad de que las perspectivas de empleo sean mejores en 2021 que lo que se anticipa actualmente.
Las lentas recuperaciones del mercado laboral en el pasado reciente se han producido debido a la prolongada caída del empleo en los sectores productores de bienes. Esta vez, hay señales de que estas áreas se están recuperando mucho más rápido, lo que podría ayudar a apuntalar la economía y aumentar la demanda de trabajadores, incluso cuando la amenaza para la salud de la pandemia todavía está con nosotros.
El aspecto más apreciado de esta dinámica es el mercado de la vivienda, que comenzó a recuperarse rápidamente después de que se levantaron las órdenes de confinamiento y sigue siendo robusto. Se debe a la demanda resiliente de los compradores a medida que las familias buscan más espacio durante la pandemia, así como a la caída de los inventarios, las tasas hipotecarias históricamente bajas y la producción que lucha por mantener el ritmo.
Un informe del Gobierno estadounidense sobre ventas de casas nuevas, en julio reveló que había oferta de viviendas nuevas a la venta en el país solo para cuatro meses. Esto representa un nivel de inventarios históricamente bajo, y la velocidad a la que ha caído el indicador también ha sido rápida.
El inicio de construcciones de viviendas aumentó abruptamente en julio, pero es posible que necesitemos niveles de producción más cercanos al pico del ciclo de mediados de la década del 2000 para satisfacer toda la demanda que existe y llevar el inventario a niveles más normalizados.
Eso creará una necesidad no solo de más trabajadores en el sector de la construcción, sino también de trabajadores en fábricas que producen todos los materiales de construcción, electrodomésticos y muebles que se destinan a las viviendas nuevas.
Por su parte, el sector manufacturero ha tardado un poco más en recuperarse, pero podría estar mostrando el tipo de fortaleza que el mercado inmobiliario comenzó a exhibir a fines de la primavera y principios del verano boreal. El informe de fabricación del Instituto de Gestión de Suministros (ISM por sus siglas en inglés) publicado el martes, que es una encuesta sobre la percepción empresarial entre los propietarios de fábricas, fue más fuerte de lo esperado y confirmó no solo la recuperación de la demanda, sino que también el agotamiento de los inventarios.
El componente de nuevos pedidos del informe alcanzó su nivel más alto desde el 2004, lo que sugiere una demanda saludable, mientras que el componente de inventarios de clientes llegó a su nivel más bajo desde el 2010, lo que demuestra la necesidad de que las empresas se abastezcan después de vender lo que poseían los últimos meses.
El componente de empleos tuvo dificultades para mantener el ritmo, y el resumen del informe mostró que las restricciones de seguridad estaban frenando los niveles de empleo, pero el hecho es que la producción debe aumentar, tanto para mantenerse al nivel de la creciente demanda como para reponer los niveles de inventarios agotados.
Esto se ha visto exacerbado por la continua disminución del valor del dólar, en parte debido a la evolución del marco político de la Reserva Federal.
Como señaló la semana pasada el presidente de la Fed, Jerome Powell, en la conferencia de Jackson Hole, el banco central de Estados Unidos está cambiando su enfoque a un marco en el que se centrará en el nivel promedio de la inflación a lo largo del tiempo, lo que daría margen a los encargados de política monetaria para tolerar por un tiempo la inflación por encima de la tendencia, en respuesta a períodos de inflación por debajo de la tendencia. Esto tiene como objetivo dar al mercado laboral y a la economía más espacio para funcionar antes de aumentar las tasas de interés.
En el corto plazo, esta postura política, quizás combinada con un entorno de crecimiento global mejorado, está ejerciendo una presión a la baja sobre el dólar, lo que a su vez hace que las exportaciones estadounidenses sean más competitivas en los mercados globales.
Las recuperaciones en forma de V del sector manufacturero y de la construcción serían significativas porque han sido la raíz de los lentos repuntes laborales en el pasado. El empleo en el sector manufacturero nunca recuperó las caídas que sufrió en las recesiones del 2001 y 2008, y el empleo en la construcción tardó años en recuperarse después del estallido de la burbuja inmobiliaria. Dada la magnitud del daño en el empleo de los sectores de servicios, como restaurantes y viajes, durante la pandemia, es posible que ellos solo vuelvan a la normalidad cuando termine la crisis de salud pública.
Los bajos niveles de inventarios, la creciente demanda y una moneda que hace que las exportaciones estadounidenses sean más competitivas a nivel mundial de lo que han sido durante un tiempo, son factores positivos para los trabajos de fabricación y construcción en los próximos meses.
Si bien la pandemia puede mantener baja la actividad de los servicios que conllevan interacción entre las personas durante muchos meses más, esta recuperación en el sector de la producción de bienes debería respaldar por mientras el crecimiento económico, y tal vez nos permita evitar las largas recuperaciones del mercado laboral, que han tardado años y que se han convertido en algo demasiado normal en los últimos ciclos.