Google esbozó un plan para intentar lograr que la navegación por la web sea más privada y al mismo tiempo permitir suficiente publicidad dirigida para mantener a las empresas anunciantes, y a sí mismos, en el negocio.
Las sugerencias de Google incluyen tokens criptográficos que los usuarios pueden acumular para demostrar que son confiables, emplear inteligencia artificial para mostrar a las personas anuncios relevantes basados en información mínima y almacenar datos de identificación personal en dispositivos y no en el navegador.
El gigante de la internet dijo que propondrá los cambios para debatirlos ante las organizaciones que establecen reglas comunes para la web. Eso significa que Google quiere que toda la red adopte las nuevas reglas, en lugar de solo instalarlas en su propio navegador Chrome. La medida muestra que Google busca ser proactivo para garantizar que sus ideas sobre cómo debería funcionar la internet sean las que prevalezcan en el futuro.
Los cambios seguramente mejorarían la privacidad, pero Google al mismo tiempo rechaza las iniciativas de privacidad iniciadas por los navegadores Mozilla Firefox y Safari de Apple, que a su juicio son muy duras. Esos navegadores comenzaron a bloquear las cookies, pequeños fragmentos de código que se alojan en los navegadores de las personas y los siguen en la web, ayudando a los anunciantes a mostrar anuncios valiosos y precisos.
Google no quiere que las cookies desaparezcan, porque dice que ayudan a los editores a ganar dinero con su contenido y mantiene la web vibrante. Desde luego también ayudan a Google, la compañía de publicidad en línea más grande y rentable del mundo.
Los cambios en los estándares de internet, las reglas comunes que permiten que diferentes sitios web funcionen en diferentes navegadores, pueden demorar años. Pero Google suele liderar el camino simplemente actualizando Chrome y obligando al resto de la web a adaptarse, algo que puede hacer porque su navegador es utilizado por alrededor del 70% de los usuarios de internet en todo el mundo.