Exxon
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Las cosas no han sido tan malas para la petrolera más grande del mundo en la bolsa desde que Ronald Reagan se convirtió en presidente de Estados Unidos. Pero prepárense, porque puede que el 2019 no sea mucho mejor.

Exxon Mobil Corp., con una pérdida de alrededor de 20% durante este año, se dirige a su peor desempeño anual desde 1981, cuando EE.UU. estaba en recesión y apenas empezaba un exceso de crudo de 20 años.

El declive se produce mientras Exxon persigue una de las reestructuraciones más grandes en su historia moderna, un impulso de siete años y US$ 200,000 millones para obtener petróleo en Sudamérica y gas natural en Mozambique y Papúa Nueva Guinea.

Con uno de los balances generales más sólidos de EE.UU., la preocupación no es si Exxon podrá financiar la reconstrucción. La pregunta de los inversionistas es: ¿Qué puedes hacer por mí mientras tanto? La respuesta incómoda puede ser "no mucho", en un momento en que los precios del petróleo están cayendo en picada.

A medida que los rivales limitan su crecimiento y recompran acciones, Exxon es el "que lleva la diana a sus espaldas", aseguró Mark Stoeckle, quien administra US$ 2,600 millones en acciones, incluida Exxon, en Adams Express Co. “No fueron muy eficientes en el último ciclo. ¿Qué hacen de manera diferente? Esta vez tiene que funcionar”.

Los precios del petróleo en Nueva York han caído más de 40% desde un máximo de US$ 76.41 el 3 de octubre. Esa es un arma de doble filo para el arquitecto de la reestructuración, el director ejecutivo Darren Woods.

Estrategia validada
Por un lado, esto valida su estrategia de construir activos de petróleo y gas de bajo costo en el extranjero que puedan soportar las incertidumbres por el auge del shale, así como la transición a fuentes de energía más limpias.

Por otro, lo pone en desacuerdo con los inversionistas, quienes, en vista de la incertidumbre, quieren que las compañías devuelvan la mayor cantidad posible de beneficios a sus accionistas ahora.

Royal Dutch Shell Plc, por ejemplo, ha caído menos de 10% en el año tras la aceleración de su programa de recompra a fines de octubre, cuando los precios del petróleo seguían altos. La compañía informó que recomprará US$ 2,500 millones en acciones, en comparación con US$ 2,000 millones de la tanda anterior. Exxon no ha hecho ningún esfuerzo similar.

Exxon tiene "la visión más a largo plazo que cualquier compañía", afirmó Stoeckle, quien apoya la estrategia de Woods. "Los inversionistas deberán ignorarlos o aceptar el hecho de que van a hacer lo que van a hacer, y dejar de quejarse".

Caída de precios
El petróleo shale es el más prometedor a corto plazo. Este año, Exxon superó a sus rivales para convertirse en el perforador más activo en la prolífica Cuenca Pérmica, donde la compañía ha dicho que sus pozos de shale pueden generar rendimientos de dos dígitos con el petróleo a solo US$ 35 por barril.

Aún así, la caída de 40% en los precios desde octubre ha propiciado la venta de petróleo en Nueva York por debajo de los US$ 45, lo que equivale a un margen cada vez menor de ganancia.

Mientras tanto, a los inversionistas les preocupa que los proyectos en el extranjero demoren años en desarrollarse completamente. "No estoy seguro de que el mercado se esté moviendo en un horizonte de 20 a 30 años", aseguró Woods en una entrevista en mayo.

"Hay un desfase entre la forma en que el mercado piensa en el negocio y lo valora en el marco de tiempo que está usando, en comparación con lo que tenemos que hacer internamente".

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