El nuevo consejero delegado de Enel, Francesco Starace, se reunió ayer con el ministro de Industria de España, José Manuel Soria, en Madrid para comunicarle los cambios en la estructura del grupo, especialmente, los que afectan a su filial española, Endesa.
En el encuentro, el máximo ejecutivo de Enel también trató con el ministro sobre los cambios regulatorios derivados de la reforma eléctrica del gobierno de España.
Según el diario CincoDías de España, en el encuentro calificado como "protocolario", Starace transmitió su intención de transferir al holding del grupo italiano las filiales latinoamericanas que ahora dependen directamente de Endesa.
Esa opción es "la más probable" y aún está estudiando la compañía, aunque esta quiere chequear antes los efectos fiscales, legales y corporativos de la nueva estructura.
Según algunos informes de analistas basados en declaraciones públicas del nuevo ejecutivo y en encuentros con la compañía, la reorganización de Latinoamérica es una prioridad de la nueva estrategia.
Una vez que se produjera la transferencia a Enel de los activos latinoamericanos, la integración de todos ellos en Enersis "sería un paso natural", según un informe del banco de inversión UBS.
De las declaraciones de Starace en varios medios se desprende que el nuevo consejero delegado quiere abordar los cambios con rapidez, coordinando lo que es común en todos los países en los que el grupo está implantado y dejando autonomía para lo que es particular de cada país, por ejemplo la regulación.
Según sus propias palabras, "las máquinas son universales y las personas, locales". En definitiva, Starace busca más agilidad y menos burocracia.
Lo que sí ha quedado claro, pues se trata de un objetivo estratégico de la etapa anterior, es que el principal objetivo de Enel es el crecimiento de los negocios, la racionalización de los costes y el recorte de su deuda financiera, que, a finales del año pasado, aún ascendía a más de 41,500 millones de euros.
También que la italiana no tiene intención de desinvertir en España ni de sacar a Endesa de Bolsa mediante una OPV, según desmintió recientemente el propio Starace.
De momento, el objetivo para este año es lograr reducir la deuda en 4,400 millones de euros, hasta 37,000 millones. Para ello, se da por hecho un plan de desinversiones de sus filiales de los países del Este. Según las valoraciones de los analistas, por sus negocios en Eslovaquia podría obtener 3,000 millones y por Rumanía, otros 1,000 millones.
Francesco Starace ha mantenido ya diversos encuentros con analistas internacionales, pero aún no ha dado detalles de los cambios "que tiene en la cabeza", aunque sí de la nueva visión estratégica del grupo.
Respecto a una posible reducción de la participación en Endesa (en estos momentos, del 92%), el máximo ejecutivo de Enel declaraba hace unos días que "no está por el momento en la agenda (..) y debemos analizar que es lo que nos conviene". Eso sí, el papel en Endesa quedará definido a finales de año "cuando hayamos redefinido el perímetro del grupo Enel".