
El reciente nombramiento de Francisco Sagasti como presidente de la República ha calmado las tensiones en las calles. Pero el riesgo de volver a sufrir una crisis por la precariedad institucional del país no ha desaparecido. ¿Qué rol juega el empresariado peruano en este tipo de coyunturas? “El liderazgo empresarial, ya sea en esta o en otra circunstancia, tiene que responder a lo que la ciudadanía necesita”, asegura Jorge Medina, cofundador del movimiento Capitalismo Consciente Perú.
Muchos empresarios se manifestaron en redes sociales a favor de la democracia, la libre protesta y las elecciones libres. Sin embargo, eso no es suficiente. ¿Por qué no hacen más? Medina, que conoce bien al sector empresarial por haberse desempeñado como CEO de EY e inversionista ángel, cree que los empresarios suelen no pronunciarse porque hacerlo conlleva riesgos.
“Eventualmente algunos de esos riesgos podrían convertirse en represalias o no ser bien vistos por las autoridades de turno, y eso puede generar molestias y ser no convenientes para algunas aspiraciones legítimas que pueda tener el empresariado”, explica Medina.
Agrega que muchos empresarios también podrían optar por no pronunciarse para no crear un precedente y tener que manifestarse sobre otros temas relevantes. “Podrían pensar que esa no es su responsabilidad”.
Sin embargo, el cofundador de Capitalismo Consciente Perú afirma que “hoy no es aceptable que los líderes empresariales no se pronuncien acerca de imperativos sociales y políticos de las comunidades donde operan”. “Hacerlo es una responsabilidad”, subraya.
“Si yo soy un líder de una empresa líder, como un banco, una minera, una empresa de seguros o de telecomunicaciones, y tengo decenas de miles de trabajadores y millones de clientes, ¿cómo no voy a expresarme sobre algo tan relevante para el país? Me parece inconcebible”, cuestiona.
Elena Conterno, presidenta del Instituto Peruano de Acción Empresaria (IPAE), también cree que los empresarios deben usar su voz para ser “activistas” y “promover y defender el desarrollo”. “El rol de la empresa tiene que ir más allá de la rentabilidad”.
¿Por qué importa la opinión de los CEO?
Medina asegura que conocer la postura de los líderes empresariales (a nivel personal, no solo de los gremios), cuyos productos y servicios consumimos todos los días, ayuda a construir ciudadanía y genera una influencia positiva sobre la sociedad.
Más allá de manifestar públicamente su opinión con respecto a temas relevantes para el Perú, Medina propone que los empresarios sigan el ejemplo de lo que se hace en otros países de la Alianza del Pacífico: financiar think tanks a favor del desarrollo del país. “Colombia, Chile y México tienen decenas de think tanks sobre educación, infraestructura, regionalización, clusters… Es decir, (los empresarios) financian a think tanks en temas de desarrollo social que apuntan al bien común. Aquí, en cambio, tenemos al IPE y paramos de contar”, revela.
La lógica es la siguiente: la empresa existe para responder a necesidades humanas y opera en una comunidad que, en este caso, tiene una institucionalidad muy débil. Entonces, corresponde contratar a estudiosos o a instituciones para conocer qué sugerencias de políticas públicas pueden presentar al país.
Si bien en el 2010 el sector empresarial presentó propuestas en favor de la competitividad y la productividad, con la intención de ayudar ante el temor de que surja un gobierno nacionalista, toca ahora que la empresa ponga el acento en temas de democracia e institucionalidad y dé sugerencias pensando en el país, insiste Medina. “Hay que ser más proactivos”.
La contribución del empresariado debería centrarse, según Medina, en la regionalización del país y en la reforma política, pues tienen un impacto directo en el bienestar de la ciudadanía. Para eso debería haber un mayor acercamiento con organizaciones como Transparencia y Proética, y con las universidades. “Se requiere más participación en la política no partidaria en aquellos asuntos que tienen que ver con el bien común. Los empresarios tienen que expresarse sobre la reforma política porque ahí está el problema”, resalta.
Win-win
Aunque los empresarios no lo crean, apostar por construir ciudadanía también repercute a favor de sus negocios. El 93% de los consumidores piensa que es probable que compre más a una compañía cuyo CEO habla sobre temas sociales con los que está de acuerdo, mientras que el 84% dice que es menos probable que compre si el CEO expresa un sentimiento con el que difiere, según un estudio de BRANDfog & McPherson Strategies.
El 82% de los empleados encuestados afirma que es importante conocer la posición de su CEO en temas sociales que le interesan, y 3 de cada 4 manifiesta que es muy importante que los ejecutivos digan su opinión públicamente con respecto a temas clave.
Además, una investigación de Edelman Trust Barometer muestra que casi 6 de 10 consumidores no respetan a los CEO que guardan silencio sobre problemas importantes. El 64% de los consumidores piensa que es extremadamente importante que los CEO de las empresas en las que compran asuman posiciones explícitas en temas sociales, y señalaron que es muy probable que adquieran sus bienes y servicios basados en tal compromiso.
Reputation Institute estima que casi el 84% del valor de una empresa se basa ahora en factores de reputación. Así, no tiene ningún sentido que los empresarios sigan callando sobre los temas más urgentes del país.