AstraZeneca se aseguró el apoyo del gobierno de Estados Unidos para avanzar en el desarrollo de tratamientos para el COVID-19 basados en anticuerpos, en momentos en que el laboratorio británico acelera sus esfuerzos más allá de su vacuna potencial para combatir la crisis sanitaria mundial.
AstraZeneca dijo que firmó una segunda serie de acuerdos con autoridades estadounidenses para respaldar el desarrollo de un tratamiento de anticuerpos monoclonales para hacer frente al coronavirus.
Si bien declinó revelar detalles del pacto, indicó que alcanzó acuerdos con la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, por su sigla en inglés) y la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA) para pasar dos terapias licenciadas desde la fase de investigación a la de estudio clínico en los dos próximos meses.
Compañías y gobiernos están intentando obtener soluciones para la enfermedad causada por el coronavirus con el objetivo de comercializarla lo antes posible, y muchas voces dentro de la comunidad médica creen que las terapias basadas en anticuerpos tienen gran potencial.
Estados Unidos ya se ha asegurado 300 millones de dosis de la vacuna experimental de AstraZeneca contra el COVID-19, AZD1222, y el secretario de Defensa, Mark Esper, dijo el mes pasado que el Ejército estadounidense y otras partes del gobierno trabajarán con el sector privado para producir una vacuna para fines de año.
AstraZeneca dijo que ya ha licenciado seis candidatos de anticuerpos monoclonales de la Vanderbilt University en Nashville, Tennessee. Dos de las seis posibles proteínas serán probadas en un enfoque combinado contra el COVID-19.
Los anticuerpos son generados en el organismo para combatir una infección. Los anticuerpos monoclonales imitan a los anticuerpos naturales y pueden ser aislados y fabricados en grandes cantidades para tratar enfermedades en pacientes.