El Banco Popular de China (BPC, central) llevó a cabo este lunes el mayor recorte desde el 2015. (Foto: Reuters)
El Banco Popular de China (BPC, central) llevó a cabo este lunes el mayor recorte desde el 2015. (Foto: Reuters)

El Banco Popular de China (BPC, central) llevó a cabo este lunes el mayor recorte desde el 2015 en las tasas de interés de una de sus principales herramientas de inyección de liquidez, los acuerdos de recompra inversa (“repos”) a siete días, dejándolas en su mínimo histórico.

En su página web, la institución anunció una inyección de 50,000 millones de yuanes (US$ 7,041 millones, 6.359 millones de euros) en el sistema financiero chino mediante estos “repos” a siete días con una tasa de interés de 2.2%.

Ese tipo es 20 puntos básicos inferior al establecido hasta ahora, de 2.4%, fijado a principios de febrero para tratar de contrarrestar los efectos económicos del brote de .

En el escueto comunicado, el BPC no da más explicaciones para este recorte que la alusión habitual al “mantenimiento de una liquidez razonable y adecuada en el sistema bancario”.

Hasta hoy, el banco central no había efectuado ninguna operación mediante estas "repos" durante 29 días hábiles consecutivos.

La consultora Capital Economics considera que “en la práctica, la rebaja no supondrá una gran diferencia inmediata en los costes de financiación de los bancos” aunque sí que permitirá al banco central chino mantener bajas las tasas interbancarias.

Para Julian Evans-Pritchard, analista de esa empresa, es muy probable que también bajen próximamente los tipos de interés de otras herramientas como los servicios de préstamos a medio plazo (MLF) y de la tasa referencial para créditos (LPR).

"El trabajo del banco central no ha terminado aún, y prevemos esfuerzos continuos para reducir los costes de financiación de los bancos en los próximos meses", agrega el economista.

En su opinión, el BPC tratará de aliviar la presión a la que las entidades bancarias se han visto sometidas en estos últimos meses para tratar, vía nuevos préstamos o relajación de los pagos de créditos existentes, de sostener a las empresas cuya viabilidad se veía amenazada por la crisis de la .

No obstante, Evans-Pritchard advierte de que, para conseguir que la economía recupere la tendencia anterior al brote del coronavirus, “se necesitará mucha más flexibilización, especialmente en términos fiscales”.