PULSO PERÚ. En las últimas semanas, muchas noticias han remecido el ámbito político del país, y sin duda la población no es ajena a estos hechos. La primera encuesta Pulso Perú del año muestra percepciones preocupantes. Por primera vez, la supera a su porcentaje de aprobación y muestra una caída en todos los sectores, aunque aún en los más jóvenes (18 a 24 años), los sectores A/B y C, y en el sur del país la cifra de aprobación todavía es mayor que la de desaprobación.

Pero esta sensación también se trasladó a la oposición. Tanto la líder del partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, como la presidenta del Congreso, Luz Salgado, , en una nueva evidencia de que las escaramuzas entre Ejecutivo y Legislativo perjudican a ambos.

Pero el tema que genera más preocupación es el de la corrupción. La percepción mayoritaria de la población —superior al 85%— es que los tres expresidentes (Toledo, García y Humala) estuvieron involucrados en los casos de soborno pagados por Odebrecht, incluso un 55% cree que PPK también se involucró, en su calidad de ministro de Toledo. Y para completar la figura, un 50% considera que las empresas peruanas participan mucho en actos de corrupción para conseguir contratos o ganar licitaciones.

Más allá de estas percepciones, lo cierto es que este ambiente complica la gobernabilidad del país. Con un Poder Ejecutivo poco cohesionado, una bancada oficialista débil y una oposición beligerante no será fácil que el Gobierno pueda aplicar todas las medidas que requiere ni reducir el ruido político que perjudica el crecimiento.

Además, las dudas que ya se ciernen sobre todos los procesos de concesión y el manto de desconfianza en el accionar de las empresas en su relación con el Estado pueden terminar desalentando a las compañías interesadas por nuevos proyectos. No hay que olvidar que la reputación es uno de los bienes más preciados de las empresas.

Finalmente, todo esto se va a reflejar en la economía. La inversión se va a complicar más por el ruido político, y lograr el crecimiento de 4.8%, que ya era un objetivo difícil, se volverá casi inalcanzable. Es momento de que el Gobierno y las bancadas del Congreso reaccionen.