Variedad de papa altoandina. (Foto: CIP)
Variedad de papa altoandina. (Foto: CIP)

El décimo salió en defensa de los pequeños agricultores, quienes sufren de primera mano los desafíos que frenan el desarrollo de este tubérculo alrededor del mundo, como el cambio climático, los precios bajos, el acceso a los mercados y la baja productividad.

Las discusiones celebradas en Cusco (Perú) entre representantes del sector público, sector privado, ONG y pequeños productores se centraron en establecer propuestas para fortalecer la agricultura familiar mediante la preservación de la biodiversidad, la seguridad alimentaria, el comercio justo y el fomento de los negocios.

El congreso, que reúne a unos 800 especialistas de unos 50 países, compartió experiencias dirigidas íntegramente al pequeño agricultor.

En esa conferencia, el ministro ecuatoriano de Agricultura y Ganadería, Rubén Flores, afirmó que "la realidad de la papa pertenece en su mayoría a la agricultura familiar".

Flores comentó que los grandes acuerdos comerciales crean un mundo más articulado, pero los costos de las certificaciones para exportar recaen en su mayoría sobre los productores, en medio de una tendencia donde el precio de salida se reduce y el precio final que paga el consumidor se encarece, lo que no lo hace sustentable.

En ese sentido, Flores suscribió este lunes con sus similares de Bolivia, Colombia y Perú un acta para promover el desarrollo y la competitividad de la agricultura familiar dentro de los cuatro países que componen la Comunidad Andina (CAN).

Los ministros reconocieron que la agricultura familiar juega un rol muy importante para el desarrollo de sus países, pues representa más del 60% de la actividad agropecuaria.

Por su parte, la directora regional de la ONG belga Trias Andes, Lieve Van Elsen, apuntó que su institución trabajó con doce comunidades de Perú y Ecuador para fomentar la asociatividad de sus miembros en cooperativas y pequeñas asociaciones y para mejorar sus semillas.

Así lograron incrementar su productividad de las 14 toneladas por hectárea a 20 y un mayor acceso a mercados con precios justos.

Sin embargo, advirtió que "los agricultores de los Andes tienen condiciones bien desfavorables en cuanto acceso a la tierra, la fertilidad, la falta de dinero para poder invertir y tener una buena productividad. Muchas veces los productores son engañados por los intermediarios".

Una de las cooperativas asesoradas por Trias Andes es la peruana Copeagro, de la sureña región de Apurímac, cuyo presidente Leoncio Pichigua denunció que el precio de la no es estable y puede caer de la noche a la mañana.

También lamentó que no haya transferencia de tecnología desde los países más desarrollados. "El pequeño agricultor en América Latina está regado a su suerte", añadió.

En la promoción de negocios, el coordinador de proyectos para Latinoamérica del Centro Internacional de la Papa (CIP), Miguel Ordinola, apuntó en declaraciones a Efe la necesidad de dar valor agregado a las papas para que no sigan exportándolas como materia prima.

Puso como ejemplo la producción en Perú de papas fritas con sello de mercado justo, un vodka hecho con papas nativas y cremas faciales que tienen como principal elemento las propiedades antioxidantes de las papas moradas.

Las sesiones del , que por primera vez se celebraba en Latinoamérica, concluyeron este martes, hasta la siguiente sesión que será en el 2021 en Dublín.

Este miércoles, día nacional de la papa en Perú, en el que se celebran sus más de 3,200 variedades, continuaron las reuniones del Congreso de la Asociación Latinoamericana de la Papa (ALAP), que por primera vez se realiza de manera simultánea al Congreso Mundial.