Foto 11 | UE: "seria preocupación". La jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini expresó el miércoles en nombre de la Unión Europea su "seria preocupación".
Foto 11 | UE: "seria preocupación". La jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini expresó el miércoles en nombre de la Unión Europea su "seria preocupación".

El índice de confianza económica en la eurozona subió más de lo esperado en diciembre y el indicador del clima empresarial tocó nuevos máximos, según datos publicados el lunes por la Comisión Europea que destacaron el robusto crecimiento en la región.

El índice de confianza económico de la Comisión trepó hasta 116,0 puntos el mes pasado, frente a 114.6 de noviembre y muy por encima de la expectativa de 114.8 puntos consignada en un sondeo de Reuters.

Se trató del valor más alto que presenta el indicador desde octubre de 2000. El récord -de 119.0- fue fijado en mayo de ese mismo año.

De forma separada, el indicador de confianza empresarial de la Comisión alcanzó en diciembre su nivel más alto desde 1985 -año en que comenzaron las mediciones-, situándose en el 1.66 frente a 1.49 de noviembre.

La confianza en los 19 países que comparten el euro se vio impulsada por un aumento del optimismo en todos los sectores: industria, servicios, comercio minorista y construcción.

No obstante, el ambiente positivo, si bien impulsó al alza las expectativas de precios al productor entre los fabricantes, no logró incrementar las previsiones de inflación al consumidor, clave para acercar la inflación al objetivo del Banco Central Europeo (BCE) de algo menos del 2%.

La inflación bajó el mes pasado al 1.4% desde el 1.5% en noviembre.

El estudio mensual de la Comisión mostró que las expectativas de inflación a los consumidores para los 12 próximos meses cayeron a un mínimo de cuatro meses de 13.6 puntos en diciembre, frente a los 16.0 de noviembre.

El lento avance de los precios, a pesar de que la zona euro vive su mayor crecimiento económico en una década, podría reivindicar la decisión del BCE de mantener una política monetaria expansiva pese a la presión de Alemania y otros países ricos de la zona euro.