En el Perú se podría estar cocinando una receta similar a Chile que involucra demandas sociales aún insatisfechas, que desencadenan paralizaciones de inversión privada, resquebrajamiento de las instituciones a causa de la corrupción y rezagos en materia de competitividad y accedo a oportunidades, alertó Comex.
En su último semanario, precisó que se requiere trabajar para garantizar que la riqueza y el crecimiento económico generan una misma base de oportunidades para todos.
En Chile –por ejemplo– el último reporte del Panorama Social de América Latina, elaborado por la Cepal, describe una situación preocupante: el 1% de hogares de mayores ingresos –en el vecino del sur– concentró el 26.5% de la riqueza, mientras que el 50% de los hogares ubicados en la base de la pirámide solo accedió a un 2.1% de la riqueza.
Además, la quinta parte con ingresos más altos de la sociedad chilena recibe ingresos equivalentes a 11 veces el promedio de la quinta parte con ingresos más bajos, y alrededor de 7 veces los ingresos de la clase media.
El reporte también señala serias disparidades en el acceso a educación y salud, lo que se refleja en la diferente cobertura de estos servicios para las poblaciones más ricas y las pobres.
A esta situación se suma que el salario mínimo en Chile es más alto que en el promedio de la región (US$ 423 frente a US$ 263, según cifras del Banco Mundial).
No obstante, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadísticas de Chile, un 50% de los trabajadores chilenos recibe un sueldo igual o inferior a US$ 562 al mes. Además, esta población se ha visto obligada a incurrir en altos niveles de endeudamiento.
De acuerdo con cifras del Banco Central de Chile, la deuda de los hogares chilenos enfrentó un máximo histórico en 2018, al representar el 73.3% de sus ingresos disponibles, 3.2 puntos porcentuales más con respecto a 2017.
“Alta desigualdad en ingresos, acceso muy limitado a servicios públicos y con calidad heterogénea, altos costos para el acceso a educación y salud de calidad, brechas económicas que limitan las oportunidades de gran parte de la población, un Gobierno con temas pendientes en conectividad y que aún no muestra señales claras de cómo enfrentar esta realidad… ¿suena familiar? A pesar de las diferencias en materia de competitividad e ingresos que distancian a Chile de otros países de la región y que le han valido su clasificación como país desarrollado, es posible establecer conexiones con la realidad peruana”, advierte Comex.