Redacción Gestión

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Los gobiernos de América Latina sufren presiones inflacionarias y cambiarias que limitan sus acciones en política monetaria y han debilitado su capacidad para ejecutar políticas fiscales que les permitan sobrellevar la tendencia desaceleración, señaló hoy el economista jefe del Banco Mundial para la región, Augusto de la Torre.

Y, aunque descartó que se trate de una crisis macroeconómica como las que afectaron a la región durante los años 90, apuntó que Latinoamérica vive una "situación difícil" y que si no se aplican reformas estructurales que eviten este situación en el futuro, el bajo crecimiento de la región se volvería permanente.

"La desaceleración que vemos no es transitoria, sino un cambio permanente que requiere una forma de hacer política económica distinta. Esto tiene implicancias enormes. Significa que el financiamiento no es un solución porque no se puede salir de la desaceleración a través de endeudamiento y que hay menos espacio para políticas contracíclicas", comentó De la Torre en Washington.

MedidasEl economista anotó que, dado que la región está tan ligada a los choques de oferta que no puede controlar, los bancos centrales que están ganando credibilidad podrían pensar en ampliar sus bandas de inflación para tener más margen de maniobra.

Y, por el lado fiscal, dijo que se podrían reforzar los amortiguadores, como los fondos de estabilización y tras reglas fiscales.

También, como una medida no convencional, recomendó el fomento sistemático de ahorro doméstico. "Cuando una economía ahorra más tiende a exportar más. Es más fácil orientarse hacia la exportación. Da más espacios monetario y fiscal", aseveró De la Torre.

El reto, no obstante, estaría en definir estrategias de largo plazo para el crecimiento en sociedades democráticas, lo que es difícil porque "el ritmo de cambio gubernamental hace que los horizontes sean cortos, pero el tema de crecimiento requiere de horizontes largos".

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional coinciden en que América Latina y el Caribe crecerán este año 0.9%, lo cual representa el cuarto año consecutivo de desaceleración.