Si bien el BCP se enfoca en que los clientes ordenen sus finanzas para salir de la crisis, también adapta la oferta de nuevos créditos a “la nueva realidad”.
“Todos tenemos que reinventarnos. Por ejemplo, para clientes nuevos que están pidiendo un crédito efectivo tenemos disponible la opción con periodo de gracia, para quien quiera un nuevo préstamo y no puede pagar los primeros meses, se le puede dar hasta dos meses de gracia”, afirmó a Gestión Rocío Pérez-Egaña, gerente de productos transaccionales, ahorro e inversión del BCP.
“Estamos mirando alternativas de cómo ofrecer productos que se adapten a esta nueva realidad”, añadió.
Pero el foco del banco, en la situación compleja por la caída de la economía, los empleos e ingresos, es aliviar los pagos de sus usuarios, para lo cual, hasta fin de mayo, reprogramó las deudas de la mitad de sus clientes, en unas medio millón de operaciones, y estima, en una segunda fase, llegar a similar número.
Sanos
“Nuestro enfoque es ayudar a que todos salgamos adelante de esta crisis y lo que no queremos es que los clientes entren en mora, porque eso no ayuda a nadie, no ayuda a los clientes, no ayuda el Perú. Necesitamos que todos sigamos crediticiamente sanos”, resaltó la ejecutiva.
“Si alguien perdió el empleo, darle una oportunidad para que en este momento pueda partir sus cuotas o reducirlas. En la primera etapa logramos ayudar al 50% de nuestros clientes, por eso es que para mayo la gran mayoría pudo pagar; los que entraban en complicación han podido ordenarse en sus pagos, es importante para la gente ordenarse antes de que entre en situaciones complicadas”, expresó.
Opciones
Así, el banco lanzó a fin de mayo el plan Unidos BCP, que consta de diversas opciones de reprogramación de obligaciones asumidas con tarjetas, préstamos personales, vehiculares, hipotecarios y para pymes, tendientes a reducir la carga financiera de los deudores mediante menores cuotas de pago mensuales o con periodos de gracia.
Al inicio de la cuarentena, el banco extendió reprogramaciones y congelamientos de deuda en marzo, abril y mayo, pero como la situación se hizo más crítica y los clientes seguían complicados, decidió ampliar los plazos de pago, dependiendo del caso particular de cada persona, hasta 80 meses, alargue que permite reducir las cuotas hasta en 50%, dijo la gerente.
Asimismo, el deudor de créditos personales y vehiculares puede optar por periodos de gracia de dos meses, acotó. “Si reprogramó la cuota de abril y mayo, ahora podría hacerlo por junio y julio, y retomar sus pagos en agosto”, detalló.
Estimó que la mitad de los que pidieron reprogramaciones en la primera etapa lo volverán a hacer.
En tarjetas de crédito, la opción es pagar la deuda completa, incluyendo la revolvente, en 60 meses, con la posibilidad de que el cliente pueda prepagarla, refirió Pérez-Egaña.
Incluso mencionó que los clientes que perdieron su empleo y reprograman deudas de tarjetas o préstamos personales pueden acceder a una reducción de la tasa de interés de su crédito.