Las Instituciones y Competitividad en el Perú
En economía, el sustantivo ‘institución’ tiene dos acepciones: en primer lugar, son las normas, costumbres y reglas, tanto formales como informales, que configuran el comportamiento de organizaciones e individuos dentro de una sociedad; por ejemplo, la constitución, la mala costumbre de pasarse la luz roja, las leyes, etc son instituciones; en segundo lugar, son las organizaciones como el poder judicial y las universidades, por poner dos ejemplos. A lo largo de las últimas décadas se ha demostrado que existe una relación entre las instituciones y el desarrollo de un país. Aquellos que tienen mejores instituciones, como por ejemplo, más respeto por los demás, respeto a las reglas de tránsito y otras costumbres similares tienden a crecer y desarrollar más rápido que otros.
¿A qué viene todo esto? Hace un par de semanas, el Foro Económico Mundial publicó el Reporte Global de Competitividad 2017-2018, en el que Perú aparece en el puesto 72 de 137 países (en el reporte anterior se ubicó en el puesto 67 de 138). Existen 71 países más competitivos que Perú. Los primeros cinco lugares están ocupados por Suiza, Estados Unidos, Singapur, Países Bajos (Holanda) y Alemania. Entre los latinoamericanos mejor ubicados destacan Chile en el lugar 33 y Costa Rica en el 47.
Para determinar la ubicación de un país se analizan 12 pilares, cada uno dividido en distintas variables; pues bien, el pilar en el que peor nos encontramos es “instituciones”: lugar 116 de 137. Nuestro marco institucional nos hace poco competitivos. Si analizamos “por dentro” a las instituciones nos encontramos con lo siguiente (entre paréntesis la ubicación en el ordenamiento mundial): protección a los derechos de propiedad (109), protección de la propiedad intelectual (105), desviación de fondos públicos (118), confianza pública en los políticos (126), independencia del poder judicial (106), favoritismo en las decisiones de los funcionarios públicos (114), eficiencia del marco legal para la resolución de disputas (129), crimen organizado (129), confiabilidad en los servicios de la policía (130), comportamiento ético de las empresas (121). En otros aspectos, como calidad de la educación primaria estamos en el lugar 129, mientras que en el 124 en la calidad de la educación superior. En contraste, en el entorno macroeconómico ostentamos el lugar 33.
Las economías funcionan dentro de un marco institucional determinado; y es ahí donde nuestro país no anda bien. Las instituciones claves, como la denominada clase política, la policía, la educación se ubican en los últimos lugares a nivel mundial. Así NO es posible encontrar un crecimiento sostenido y menos lograr el desarrollo. O se plantean reformas institucionales o no vamos para ningún lado. Le pregunto, estimado lector, ¿cómo las implementamos? ¿Es posible hacerlo cuando la credibilidad en la presidencia de la república es baja?