Perú 2016-2021: Un entorno externo (muy) adverso
Estamos a poco más de un mes de las elecciones y las promesas de los candidatos parecen no tener límite. Sin embargo, ¿existe dinero para cumplir las promesas? Parece que muchos olvidan que en economía “todo cuesta”, lo que significa que los recursos monetarios deben salir de algún lado; a su vez, si opto por usar más recursos en educación implica que estoy usando menos en otro. Es una aplicación simple del concepto de costo de oportunidad. No se puede hacer todo a la vez, por lo que es fundamental establecer un orden de prioridades.
¿Y qué tiene que ver eso con el entorno externo? Pues si algo muestra la historia económica, la evolución de la economía mundial es cíclica. A períodos de auge le siguen etapas de caída. Actualmente el mundo se encuentra en un período de caída y lo que es peor, puede deteriorarse aún más. ¿Por qué? Porque los problemas que dieron origen al estallido de la crisis financiera de 2008 no se han solucionado y porque China, que era el motor que quedó tras la crisis, en el período comprendido entre 2008 y 2013, también se está apagando.
El nuevo gobierno tendrá que lidiar con un entorno económico externo muy adverso, en particular en los primeros dos años. Veamos las razones. En primer lugar, si revisamos la evolución de la deuda pública de los países avanzados algo queda muy claro: es mayor que la que tenían en 2008. El proceso conocido bajo el nombre de “desapalancamiento” no se ha producido. Países sobreendeudados hacen imposible pensar en una reactivación de la economía mundial a partir de un mayor gasto. Esto es acuciante en la eurozona y en Japón. Estados Unidos tampoco se salva y el déficit fiscal sigue creciendo. Y como sabemos tampoco hay margen para políticas monetarias expansivas, pues las tasas de interés de referencia ya se encuentran en cero y los programas de expansión monetaria han terminado, a excepción de la eurozona en la que todavía se insiste.
En segundo lugar, China tiene un problema financiero, que consiste en el excesivo endeudamiento de las familias al interior del país; es decir, no es deuda con el exterior del sector público, pero sí de las familias dentro del país. Esos créditos han servido para inflar una burbuja inmobiliaria.
Como consecuencia y en ambos casos (países avanzados más China) los residentes (familias más Estado) tienen que gastar menos para solucionar sus problemas financieros. Y ese problema de “demanda” impedirá la pronta recuperación de la economía mundial. La razón de la crisis de 2008 fue el sobreendeudamiento, en algunos casos de las familias y en otros de los gobiernos (Grecia, Italia, Portugal); eso no solo no se ha solucionado, sino que está peor. Y con una economía mundial debilitada es poco lo que se puede hacer dentro del país.
En síntesis, ni la política monetaria ni la fiscal aparecen como herramientas para impulsar las economías avanzadas ni las asiáticas. Por lo tanto, la situación es más complicada de lo que parece. Como siempre en la historia financiera mundial, el exceso de deudas está en el corazón de las largas turbulencias financieras ¿estarán conscientes los candidatos de esta realidad? ¿Cuánto podrá crecer la economía en estas circunstancias?