¿Cómo impacta el crecimiento sobre la distribución de ingresos?
De acuerdo con información reciente del INEI, el crecimiento económico ocurrido en el Perú entre 2002 y 2013 ha mejorado la distribución de ingresos. Dicho sea de paso, esto implica una contradicción con el libro del francés Thomas Piketty (El Capital del Siglo XXI), que señala que el crecimiento económico en las economías avanzadas produjo un deterioro de la distribución. El libro es considerado un best seller mundial, pues es una crítica mordaz al sistema de libre mercado, en el sentido que ahonda los problemas de desigualdad, tendencia que a juzgar por la información disponible, no habría ocurrido ni en el Perú ni en otros países de la región. Parece que los argumentos de Piketty tienen validez mayormente en las economías avanzadas.
En términos cronológicos, el primer estudio sobre los efectos del crecimiento económico sobre la distribución de ingresos fue presentado por Simón Kuznets en 1955. Usando datos de Estados Unidos, Inglaterra y Alemania observó que la desigualdad de ingresos empeora cuando una economía comienza a crecer para luego disminuir a medida que el país crece. Este “hecho estilizado” se conoce como la hipótesis de la “U” invertida: la desigualdad inicialmente aumenta para luego disminuir.
La pregunta aplicada a los países emergentes es la siguiente: el crecimiento, ¿inevitablemente reduce la desigualdad, como lo señaló Kuznets, o depende de la elección de las políticas? La repuesta es empírica y ahí el primer problema es la confiabilidad de los datos. Los países emergentes tienen datos confiables solo desde hace pocas décadas, por lo que cualquier conclusión para períodos previos es sólo especulación.
Desde mi punto de vista, dos factores son claves para mejorar la distribución de ingresos: por un lado, que exista un crecimiento económico sostenido, de modo de tener qué repartir y por otro, que las políticas públicas mejoren el capital humano, pues lo que está probado es que a mayor educación y salud de calidad, entonces mayores ingresos. Nuevamente el adecuado funcionamiento del Estado es fundamental para aminorar la desigualdad de ingresos. Tener más dinero y saber gastarlo es la fórmula.
¿Cómo entender los resultados del Perú? Una opción poco creíble es que la educación y salud públicas tengan altos niveles de calidad. Una más creíble es que el ritmo de crecimiento de la primera década de este siglo, muy alto en comparación con cualquier estándar, generó el surgimiento de nuevas empresas, pequeñas y medianas (lo que algunos llaman “nueva clase media emergente”), que han generado empleo y por ende ingresos a muchos ciudadanos peruanos que antes no tenían fuentes de ingresos. Las cifras del Perú mostrarían que un crecimiento alto y sostenible, por encima de cierto umbral que parece ser 6.5%, mejora la distribución de ingresos, aún en presencia de políticas sociales de muy bajo impacto. Si esto es cierto, imagínese lector, cómo serían los resultados sociales si el Estado funcionase con eficiencia.
Por último, el crecimiento entre 2002 y 2012 (la excepción es 2009 por los efectos de la primera crisis financiera internacional del siglo XXI) por encima de 6% anual ha dependido en gran parte del entorno externo favorable. China fue clave con su enorme demanda de materias primas. Sin embargo, ningún crecimiento es sostenible si está basado en fuentes externas y no internas. Ese es el problema que explica por qué las tasas de crecimiento en 2013 y lo que va de 2014 (4.8% en el primer trimestre) son cada vez menores. La disciplina macroeconómica no es suficiente.