Si ya es impresionante ver cómo un puente cruza de punta a punta una costa convirtiendo el paisaje en una obra de ingeniería que deja con la boca abierta, imagina que combinas ese puente con un túnel que se adentra sin miedo en el fondo del mar. Así funcionan los llamados 'túneles-puentes' y tenemos varios ejemplos geniales.
En Virginia (Estados Unidos), entre Suecia y Dinamarca o en Hong Kong podemos encontrar algunas de estas maravillas del mundo moderno que hacen que nos replanteemos donde está el límite de la ingeniería.
Lo que empieza como una solución para conseguir salvar algún escollo y conseguir conectar los dos puntos que se quieren unir se acaba convirtiendo en una obra de arte en sí misma.
Porque un puente colgante siempre es algo espectacular, pero ver como ese puente se mete y desaparece bajo el agua es algo aún más increíble. Que levante la mano el que después de ver esto no está deseando coger su coche y recorrer alguno de estos puentes, o túneles.