Más de 50 puertas que durante años resguardaron los secretos de Jimi Hendrix, Leonard Cohen o Janis Joplin en el mítico Chelsea Hotel serán vendidas en una inusual subasta en Nueva York tras ser rescatadas por un vagabundo que vivía en la acera de enfrente.
Desde su apertura en 1884 en la calle 23, decenas de talentosos músicos, escritores, actores y artistas como Mark Twain, Jack Kerouac, Humphrey Bogart, Bob Marley, Joni Mitchell, Patti Smith, Madonna o Andy Warhol residieron en el Chelsea Hotel, símbolo de la bohemia neoyorquina.
Declarado monumento histórico pero en total decadencia, este refugio de artistas cerró en 2011 y a excepción de su fachada, está siendo totalmente renovado.
Cohen lo inmortalizó en su canción "Chelsea Hotel No. 2", que luego se reveló como la historia de una breve aventura con Joplin. El hotel también ganó fama cuando el rockero punk Sid Vicious fue acusado de matar allí a puñaladas a su novia Nancy Spungen.
Un vagabundo emprendedor
Aquí entra en la historia un residente del hotel menos conocido, Jim Georgiou, que vivió allí de 2002 a 2011, hasta que fue desalojado por no pagar el alquiler. Comenzó entonces a vivir en la calle con su perro Teddy, casi enfrente al hotel, intentando sobrevivir con la venta de discos de vinilo.
En 2012, Georgiou vio cómo los obreros que reformaban el edificio se disponían a tirar sus puertas y logró recuperar más de 50 con la ayuda de amigos, contó a la AFP Arlan Ettinger, dueño de la casa de subastas Guernsey's que realizará la venta el 12 de abril.
"Cuando eres un hombre sin techo una puerta adquiere un gran significado, es el portal de un hogar, que la persona indigente no tiene", dijo Ettinger.
Comenzó entonces una larga investigación de Georgiou para conectar cada puerta numerada con las habitaciones que ocuparon los famosos.
"Comenzó a ir a la biblioteca del barrio, pasó centenares de horas investigando (...) Habló con amigos que aún vivían en el hotel, con el personal de la recepción que tenía acceso al archivo" y logró identificar 22 puertas ligadas a figuras legendarias, contó Ettinger.
La puerta número 105, por ejemplo, pertenecía a la habitación de Edie Sedgwick, modelo y musa de Andy Warhol que filmó parte de su cinta experimental "Chelsea Girls" en ese cuarto.
Georgiou se acercó a Guernsey's el año pasado, tras intentar infructuosamente organizar una venta con otras casas de subastas que rechazaron su idea.
Ya no vive en la calle, unos amigos le han ofrecido un techo. Pero aunque no tiene dinero, la mitad de lo recolectado en la subasta irá a parar a la organización City Harvest, que recolecta comida de restaurantes y la distribuye entre neoyorquinos de bajos recursos.
Ettinger no tiene idea a cuánto se venderán las puertas, pero no hay un precio mínimo.
"Son puertas viejas, golpeadas que no parecen muy bonitas. Pero tienen una significación increíble. Es difícil estimar su valor", afirmó el rematador, para quien esta es sin dudas su subasta más extraña.
"Hace 43 años que presido Guernsey's y nunca escuché algo así en mi vida", dijo.
Por ahora las puertas están expuestas en una instalación en la galería Ricco/Maresca de Chelsea, no lejos del famoso hotel. Cuelgan del techo con cuerdas de metal, y están dispuestas de manera irregular, formando una suerte de laberinto por donde uno se pasea.
"Cada puerta lleva consigo un número significativo de fantasmas", reflexionó Frank Maresca, el veterano dueño de la galería y durante décadas un fiel cliente del hoy desaparecido restaurante del Chelsea Hotel, el "Quijote".