ARM, el grupo británico propiedad de la japonesa SoftBank, comunicó ayer a sus empleados que, debido a "una desafortunada situación", no iba a estar permitido "proveer soporte, enviar tecnología, software, código o actualizaciones, ni mantener discusiones técnicas con Huawei, HiSilicon ni otras de las empresas" vinculadas al grupo chino, informó la cadena británica BBC.
La razón por la que ARM, una compañía de origen británico -muy ligada a la Universidad de Cambridge- y ahora controlada por capital japonés, obedece al veto impuesto por EEUU es que sus diseños contienen "tecnología original" estadounidense, por lo que el grupo se ve afectado por el veto del Gobierno de ese país a Huawei.
ARM, aunque no es muy conocido públicamente, es un grupo esencial en el negocio de los smartphones puesto que proporciona la arquitectura básica que luego licencia y que utilizan la mayoría de los fabricantes de procesadores para móviles, desde Qualcomm (Snapdragon) a Samsung (Exynos), Apple o la propia Huawei, que usa esa arquitectura para su familia de procesadores Kirin.
Una ruptura de relaciones total con el grupo británico podría dejar a Huawei sin chips propios u obligar al grupo chino a tener que desarrollar desde cero una nueva arquitectura de procesadores, una tarea muy difícil, sobre todo, a corto plazo.
Diario Expansión de España
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