¿Y qué le dirías a alguien que siente que aun no alcanza lo que busca? El desánimo y la tristeza son enemigos del alma. Sí, le diría eso. El desánimo y la tristeza son enemigos del alma.
Quiero agradecer a los seguidores del podcast Tres Minutos Basta que escriben a mi Instagram para comentar sobre temas de liderazgo.
Hace algunas semanas, uno de los seguidores me preguntaba que qué le diría a alguien que no siente que haya logrado todo lo que le hubiese gustado. Leerlo me animó a tratar este tema, solo que cambié la pregunta por “qué le diría a alguien que siente que aun no alcanza lo que busca”. ¿Por qué lo hice?
Miremos la pregunta original: no siente que haya logrado todo lo que le hubiese gustado. Empieza con negación y cierra con determinismo. Cómo si ya no hubiera solución.
Miremos la nueva pregunta: “siente que aun no alcanza lo que busca”, no empieza en negativo y además cuela la palabra “aun” que evita el determinismo. Abre posibilidades.
La forma en que estructuras tus reflexiones o preguntas define la perspectiva que estás teniendo de las cosas. Aceptas que estás derrotado o reconoces que te está costando ganar. Si es lo primero, el desánimo y la tristeza te invaden. Si es la segunda, te llenas de ánimo, de autoconfianza y de esperanza. Miras que hay posibilidad.
¿Cuántas personas nos negamos la posibilidad desde nuestras propias reflexiones?, ¿Cuántas veces el inconsciente nos traiciona y aceptamos antes de tiempo que hemos perdido?. ¿Y cuántos frente a cualquier circunstancias a resolver que se nos pone difícil colamos la palabra “aun” dejando siempre la puerta abierta y la actitud de batalla?.
No hay que ser ingenuos o ingenuas. Muchas veces la vida nos pone las cosas difíciles. Pero podemos mirarlas como un “no puedo” o como un “aun no puedo”.
Son el desánimo y la tristeza los que como enemigos del alma intentan cerrarle la puerta al “aun”, esa llave mágica que abre las posibilidades.
La esperanza es esa capacidad que tenemos para encontrar posibilidades donde parece que ya no las hay, que nace de confiar en nosotros mismos y de tolerarnos más. De saber encontrar en nuestra imperfección la ‘tozudes’ humana para colar un “aun” y dejarnos claro que vamos a seguir intentándolo.
Cuando no cuelas un “aun” es porque aceptas que los plazos se acabaron. Cuando cuelas un “aun” marcas nuevo tiempo de juego. Dejas claro que el dueño de tu tiempo eres tu. Y eres tu quien declara tus momentos.
Ten siempre un “aun” bajo la manga para no darte por vencido. Mantente alerta. Recuerda que el desánimo y la tristeza son enemigos del alma.