El Ministerio de Salud (Minsa) incorporó en su balance oficial de la pandemia los resultados de la comisión encargada de establecer criterios para determinar el número de personas fallecidas por COVID-19. En consecuencia, el número actualizado de muertos desde el 1 marzo del 2020 al 31 de mayo es de 184.507.
Este sinceramiento de las cifras ha llevado a que la tasa de letalidad se eleve de 3.5% a 9.4%, de acuerdo al Centro Nacional de Epidemiologia y Control de Enfermedades (CDC), institución adscrita al Minsa.
Ese índice se calcula tomando en cuenta el número de personas fallecidas con relación al número de ciudadanos que se han infectado con la enfermedad de manera confirmada, mediante una prueba.
Hasta el momento, el CDC reporta un total de 1′961,087 casos confirmados de COVID-19 y 184.507 decesos a causa de la infección. De esta manera la tasa de personas infectadas que muere una vez que dieron positivo es de casi 1 de cada 10.
Sin embargo, se debe tomar en cuenta que existen casos infección que no se consideran pues solo se contabilizan aquellos que cuentan con prueba de descarte positiva.
En su reporte, el CDC que la segunda ola de la enfermedad presenta una mayor letalidad, con 9,8%, frente a la primera, que registró 9%. En ambos casos se aprecia que la población adulto mayor (de 60 años a más) es la más afectada por la enfermedad, con una tasa de letalidad de 37,44%.
El grupo de trabajo, cuyos datos se presentaron el último lunes, también creó una nueva base de datos llamada NOTI-Sinadef para concretar el reporte epidemiológico de muertes por el COVID-19. Esta recoge los registros de los cuatro sistemas (NetLab, Sinadef, SiCOVID-19 y NOTI) y la vinculación de los mismos (por ejemplo, se crea el insumo Sinadef-Lab, que vincula al Sinadef, SiCOVID-19 y NetLab).
El grupo de trabajo estableció los siguientes criterios para la contabilización de las víctimas mortales de la enfermedad:
-La peor tasa de letalidad del mundo-
Según reporta la agencia EFE, la tasa de letalidad del coronavirus en Perú se situó en 551 fallecidos por cada 100,000 habitantes, superando así la tasa de países como Hungría y República Checa, que a principios de mayo encabezaban el ranking mundial, con unas tasas de 304 y 283 decesos por cada 100,000 habitantes, respectivamente.