GABINETE. Aunque, tímidamente, el mercado ha respondido en forma positiva al cambio realizado en el Gabinete la semana pasada, hay algunas malas decisiones que la presidenta del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, debería revisar y tomar las medidas pertinentes a la brevedad para corregirlas.
Un primer cuestionamiento es por la forma en que se le anunció su despido al ministro de Educación, Juan Cadillo, –a través de WhatsApp– y su reemplazo por Carlos Gallardo, quien no solo es miembro del sindicato Fenate Perú, sino que además en el pasado se ha mostrado en contra de la evaluación a docentes, una de las herramientas clave para asegurar la calidad en la educación.
El segundo cuestionamiento es contra el ministro del Interior, Luis Barranzuela. No solo por su pasado como abogado de Vladimir Cerrón o por haber tenido innumerables sanciones cuando fue policía, sino por la decisión de suspender las operaciones de erradicación de cultivos de coca en el Vraem, un hecho que el ministro ha tratado de negar, pero sin ser categórico o claro en sus respuestas y sin poder definir cuál será la política antidrogas que aplicará. Además, a pesar de ser una preocupación de la ciudadanía, tampoco ha podido explicar sus planes para combatir la delincuencia en las zonas urbanas.
Hoy, como a fines de julio, el Gobierno vuelve a tener ministros cuestionados, y si Mirtha Vásquez no quiere repetir los errores del Gabinete Bellido debe demostrar su liderazgo y relevar a ambos ministros antes de solicitar el voto de confianza en el Congreso, más aún cuando varias bancadas ya han mostrado sus críticas.
Barranzuela ha jugado la carta presidencial al señalar que cuenta con la confianza de Pedro Castillo y diciendo que lo ha ratificado en el cargo, razón por la cual no piensa dar un paso al costado. El mandatario debería recordar los conflictos que generó hacer lo mismo con Iber Maraví, a quien finalmente tuvo que retirar del Gabinete.
Si bien el presidente no es políticamente responsable, es indudable que la elección de los miembros del Gabinete no estuvo solo en manos de Vásquez. Por ello, ambos deben sentarse y responder a la población para no tropezar nuevamente con la misma piedra del Gabinete anterior. Pedro Castillo es el gobernante y como tal debe tomar decisiones, sobre todo tratándose de dos importantes sectores, como Educación e Interior.