PRODUCCIÓN Y EMPLEO. El rebote de la economía muestra cifras alentadoras hasta junio: el PBI creció 23.45%, debido sobre todo al efecto estadístico, pues durante ese mes del año pasado se iniciaba la fase 2 de la reapertura de actividades productivas, aunque con mucha lentitud, porque la burocracia careció del necesario sentido de la urgencia (el PBI cayó 18.1%). Sin embargo, hay que tener en cuenta si el “efecto Castillo” impidió, por ejemplo, una mayor recuperación de la producción y el empleo, ya que la inversión privada y, por ende, la contratación de trabajadores, se vieron afectadas por la incertidumbre que siguió a la segunda vuelta, realizada el 6 de junio.
Una forma de analizarlo es con el PBI desestacionalizado –que no considera factores estacionales, lo que permite comparar meses consecutivos–. Ese indicador aumentó 3.41% en mayo (respecto de abril), pero solo 0.57% en junio (respecto de mayo). ¿La economía pudo haber crecido un poco más el último mes del primer semestre? Según la encuesta mensual que realiza el BCR, las expectativas de las principales empresas del país (en torno a sus inversiones y contratación de personal, y situación de sus sectores y de la economía) ingresaron al tramo pesimista en abril, pero se deterioraron aún más en junio.
Lo preocupante es que ese menoscabo ocurre cuando sectores muy afectados por las cuarentenas, como manufactura y comercio, ya estaban comenzando a superar sus niveles prepandemia. El empeoramiento de las expectativas no se debe a algún factor externo, pues la economía global sigue recuperándose a paso firme, sino al discurso radical y confuso del entonces candidato Pedro Castillo. Aunque intentó moderarse con la ayuda de Pedro Francke (hoy al frente del MEF), sus contradicciones respecto del manejo económico no cesaron.
Las consecuencias llegarán en el segundo semestre –quizás ya arribaron–. Los analistas están rebajando sus proyecciones de consumo e inversión privada, lo que se traduce en un menor crecimiento del PBI. Si se expandió 20.9% en el primer semestre, en la segunda mitad del año lo hará en apenas 1.2% según Macroconsult y 2% según Apoyo Consultoría. Esta última también calcula una fuerte contracción de la inversión privada en este periodo (17%) y un aumento del PBI entre 0% y 2% en el 2022, en un escenario “moderado”.
La otra grave consecuencia será la mayor precarización del empleo. Los datos anualizados a junio muestran un incremento de la informalidad laboral de 73.6% a 78.1% a nivel nacional. Y los ingresos siguen por debajo de sus niveles prepandemia. En suma, la recuperación de la economía se ha vuelto más frágil.