Cerca de cien civiles fueron evacuados de la planta de Azovstal, un reducto de las últimas fuerzas ucranianas en la ciudad de Mariúpol bajo asedio de las tropas rusas, informó el domingo el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.
Este anuncio se produjo después de que la ONU confirmó que una “operación de evacuación está en curso” en Azovstal, en coordinación con la Cruz Roja, las tropas rusas y las fuerzas ucranianas, sin dar más detalles.
El área industrial de Azovstal es el último reducto de resistencia ucraniana en la ciudad portuaria de Mariúpol, en el sur de Ucrania, que ahora está controlada por Rusia.
Las condiciones de vida en la red de túneles bajo la fábrica de acero, fueron descritas como atroces. Hasta ahora los esfuerzos de evacuación anteriores habían fracasado.
“El primer grupo de unas 100 personas ya está en camino a un área controlada. Mañana nos reuniremos con ellos en Zaporiyia”, dijo Zelenski en su cuenta de Twitter.
En paralelo, el Ministerio ruso de Defensa afirmó que 80 civiles habían dejado este sitio industrial y fueron conducidos hacia territorios del este controlados por los rusos.
El Ministerio de Defensa publicó un video de las evacuaciones en el que se veía a los civiles llegando en autobús a la ciudad de Bezimenne, a medio camino entre la frontera rusa y Mariúpol, donde son recibidos por los enviados de la ONU y el CICR bajo la vigilancia de los soldados rusos.
No está claro de dónde viene la diferencia de evacuados entre una y otra fuente, pero el Ministerio ruso de Defensa ya anunció el sábado que habían salido de Azovstal cerca de 50 civiles.
Bombardeo “bárbaro”
El destino de los civiles de esta ciudad estratégica ha centrado la atención de los líderes mundiales.
Este domingo, el papa reiteró su petición de que se abran corredores humanitarios seguros durante el rezo del Angelus en la Plaza San Pedro del Vaticano.
“Mis pensamientos están con la ciudad ucraniana de Mariúpol, ciudad de María, bombardeada y destruida de una forma bárbara”, dijo el pontífice.
La invasión lanzada por Rusia el 24 de febrero ha dejado miles de muertos y millones de desplazados, y los países occidentales y sus aliados se han movilizado para entregar ayuda bélica a Ucrania y han impuesto duras sanciones para Rusia.
“No hay que dejarse intimidar por matones”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en una rueda de prensa en Polonia, tras visitar Ucrania el sábado, donde se reunió con el presidente Zelenski.
Pelosi -- que es el tercer cargo de representación más importante de Estados Unidos, después del presidente y la vicepresidenta -- expresó la solidaridad “inequívoca” de su país con Ucrania.
“Estados Unidos lidera el sólido apoyo a Ucrania en la lucha contra la agresión rusa”, tuiteó Zelenski para acompañar un video donde se le ve recibiendo a Pelosi y a la delegación del Congreso a las puertas de la presidencia en Kiev.
Zelenski celebró las “señales muy importantes” dadas por Estados Unidos y el presidente Joe Biden, quien pidió el jueves al Congreso US$ 33,000 millones más para Ucrania, de los cuales US$ 20,000 millones se destinarán a armamento, casi siete veces más que la cantidad de armas y municiones ya suministradas a ese país desde que comenzó la invasión rusa.
En este sentido, Pelosi prometió que se va a legislar para aprobar la propuesta de ayuda lanzada por Biden.
“Difícil situación en el este”
El conflicto está concentrado en el este y en el sur de Ucrania, aunque hay bombardeos de misiles rusos en todo el país, principalmente con el objetivo de destruir infraestructuras y vías de suministro.
Para los rusos la conquista total de la ciudad portuaria de Mariúpol les permitiría unir los territorios conquistados en el sur, en particular la península de Crimea anexionada en el 2014, con las repúblicas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk en el este.
Precisamente en este flanco oriental el ejército ruso, numéricamente superior a su adversario ucraniano y mejor dotado de artillería, está buscando el control, desde el norte y el sur, para completar su dominio sobre el Donbás.
Un alto cargo militar ucraniano dijo que conversó con el jefe del estado mayor conjunto estadounidense, Mark Milley, sobre la “difícil situación en el este”, particularmente “en las áreas de Izium y Sieverodonetsk, donde el enemigo concentró sus esfuerzos máximos”.
Bombardeos rusos este domingo sobre zonas de Járkov y Donetsk dejaron ocho civiles muertos, cuatro de ellos en la ciudad de Lyman, cercana al frente y amenazada por el avance ruso, anunciaron los gobiernos regionales.
Pero las fuerzas ucranianas también han recapturado territorios en los últimos días, en especial alrededor de la ciudad de Járkov.
Una de las zonas recuperadas de control ruso fue la aldea de Ruska Lozova, que según los evacuados estuvo ocupada durante dos meses.
“Nos quedamos en los sótanos sin comida durante dos meses, comimos lo que teníamos”, dijo a la AFP un habitante de 40 años.
Introducción del rublo
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, sostiene que la operación militar se desarrolla conforme a lo planeado por Rusia y advirtió a los países occidentales que dejen de enviar ayuda militar a Ucrania.
En las zonas controladas por Rusia, Moscú busca asentar dominio y el domingo introdujo el rublo como moneda corriente en la región de Jersón, aunque también permitirá el pago con divisas ucranianas.
“A partir del 1 de mayo, vamos a incorporar la zona del rublo”, informó Kirill Stremousov, la autoridad que gobierna Jersón, citado por la agencia estatal rusa RIA Novosti.
El administrador indicó que va a haber un periodo de cuatro meses durante el cual se podrán usar las monedas ucranianas, pero que después habrá un cambio total hacia el rublo.
En tanto, en el frente, los militares ucranianos rotan para combatir el cansancio y sostener sus posiciones en la línea del frente.
“Todo el mundo entiende que tenemos que mantener la línea aquí, no podemos dejar que el enemigo se acerque”, explicó a la AFP el lugarteniente Yevguen Samoilov, durante una operación para permitir a su tropa descansar tras dos meses de combate.
“Intentamos resistir con todas nuevas fuerzas”, afirmó.