Miles de millones de dólares perdidos para las empresas petroleras, los fabricantes de aviones o automóviles, PBI en caída libre: la economía global mostró el jueves la factura de la pandemia, en tanto planean muchas incertidumbres sobre un posible rebrote.
Las cifras son de vértigo: Estados Unidos registró una contracción de 32.9% en el segundo trimestre, según datos del Departamento de Comercio, su peor desempeño desde 1947.
Alemania, la economía más fuerte de Europa, registró una caída histórica de su PBI de 10.1% en ese mismo periodo.
"El PBI es el retrovisor, nos muestra el fondo de la ola, el agujero negro de la crisis", señala Ludovic Subran, economista jefe de Allianz.
Las bolsas europeas registraban caídas superiores a 3%, el petróleo se hundió más de 5%.
En las ráfagas de resultados publicados este jueves, los pilares económicos del “Viejo Mundo” muestran enormes sacudidas, y eso mientras los gigantes tecnológicos estadounidenses (Apple, Alphabet, Facebook y Amazon) todavía deben revelar sus resultados en unas pocas horas.
Las petroleras han revisado a la baja el valor de sus activos, a causa del colapso duradero de los precios del crudo, y una caída histórica en la demanda. La consecuencia fueron pérdidas abismales en el segundo trimestre, de US$ 8,400 millones (unos 7,150 millones de euros) para Total, US$ 18,100 millones para la Royal Dutch Shell anglo-holandesa.
“Sin precedentes”, pero “sin apelación
La aeronáutica también paga un precio agobiante por la crisis, en tanto se espera que el tráfico aéreo recupere la normalidad recién para 2023.
El constructor de aviones europeo Airbus anunció este jueves una pérdida neta de 1,900 millones de euros (US$ 2,230 millones) en el primer semestre del año: 'quemó' 12,400 millones de euros (US$ 14,560 millones) 'cash' durante estos primeros seis meses del año y redujo su ritmo de producción en un 40%.
Su gran rival norteamericano, Boeing, planea reducir aún más su cadencia de producción, despedir más personal y detener la fabricación del legendario “Jumbo Jet” 747 en el 2022. En el segundo trimestre, perdió en total US$ 2,400 millones.
La industria automotriz también se estancó, entre fábricas y distribuidores a puertas cerradas durante el confinamiento.
El fabricante francés Renault sufrió la mayor pérdida neta de su historia en el primer semestre del año, 7,300 millones de euros (US$ 8,580 millones), agobiado por su socio japonés Nissan y la depreciación de activos. A fines de mayo anunció la supresión de 15,000 empleos.
El gigante alemán Volkswagen anunció en la jornada una pérdida, antes de impuestos, de 1,400 millones de euros (US$ 1,640 millones) en los primeros seis meses del 2020.
"Esta situación no tiene precedentes, pero tampoco apelación", matizó el CEO de Renault, Luca de Meo, quién prometió un repunte. ¿Pero cómo? La normalización será lenta, y el automóvil como el transporte aéreo, sostenidos a duras penas por Estados Unidos, se encuentran bajo presión por mayores preocupaciones medioambientales.
“Crisis darwiniana”
En la industria siderúrgica también se constatan balances sombríos: el productor de acero ArcelorMittal tuvo una pérdida neta en el segundo trimestre de US$ 559 millones.
La industria alimentaria ha resistido algo mejor. El gigante suizo Nestlé publicó un beneficio neto semestral de 18.3%.
Los raros relámpagos llegaron de la 'high-tech' y la industria farmacéutica.
El coreano Samsung, líder mundial de la telefonía móvil y tarjetas de memoria, tuvo un aumento trimestral de ganancias netas de 7.3%, en tanto el laboratorio francés Ipsen reveló una ganancia neta en un semestre de poco más de 1%, por ejemplo.
"Esta crisis es muy darwiniana, afecta a países y sectores muy diferente", afirma Subran. Tras el primer 'shock' sobre las actividades, "los sectores ya debilitados en términos de rentabilidad van a tener que adaptarse a un cambio más lento del entorno", añadió.
Según expertos, algunos no superarán el cimbronazo.