La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que las personas encargadas de inocular las vacunas contra el COVID-19 no necesitan utilizar guantes desechables, al igual que en la vacunación para cualquier otra enfermedad, lo que permitiría reducir la gigantesca cantidad de residuos sanitarios que ha generado la pandemia y que en la mayoría de países pobres no son tratados adecuadamente.
Las recomendaciones de la OMS sobre las campañas de vacunación contra el COVID-19 ya señalan que los guantes no son necesarios, a pesar de lo cual son utilizados en numerosos países, al igual que los trajes de protección, que tampoco son indispensables.
Los desechos procedentes de establecimientos sanitarios se han multiplicado por diez tras la pandemia, declaró una especialista en saneamiento de la OMS, Maggie Montgomery, quien ha sido la responsable principal de un informe publicado por la organización en relación con los residuos causados por la pandemia.
Los guantes desechables representan un volumen mayor que las mascarillas en el conjunto de esos desechos, aunque los suministros utilizados en la vacunación empiezan a ocupar un lugar predominante, con más de 10,100 millones de dosis administradas hasta el día de hoy.
Montgomery dijo que dejar de utilizar guantes para vacunar podría ayudar a reducir considerablemente los residuos de la pandemia, sobre todo considerando “que no son un elemento esencial” para evitar una contaminación, ya que se ha comprobado que el contagio se produce a través de las partículas invisibles que flotan en el aire.
El uso de guantes es recomendado cuando existe cualquier riesgo de contagio con los fluidos corporales, precisó.
La problemática es grave sobre todo en los países de menores recursos, donde antes de la pandemia dos de cada tres establecimientos sanitarios carecían de los medios para separar la basura y tratarla. “Podemos imaginar lo que estos desechos representan para el personal y las comunidades actualmente”, comentó la experta.
Los datos indican que, de manera general, el 80% de los desechos de un centro de salud no son fuentes de infecciones, pero si no se separan del resto pueden contaminarlo todo.
“Y en este análisis no se consideran los desechos relacionados con la pandemia que se producen fuera del sector sanitario, pero si se piensa en lo que produce cada persona, en particular mascarillas, se puede entender la magnitud del problema”, agregó Montgomery.
Solo las mascarillas producidas en el 2020 representaron seis millones de toneladas adicionales de desechos, indicó.
Entre las recomendaciones que ofrece la OMS está el uso de artículos que puedan ser reutilizados de manera segura, como las mascarillas reutilizables de múltiples capas y capaces de retener partículas muy pequeñas.