El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) presentó un informe sobre las relaciones entre el uso de las tierras y el calentamiento global, encargado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Estas son sus principales conclusiones.
Un planeta sin recursos
El informe fue elaborado por más de cien científicos especializados en clima y uso de las tierras.
El documento dibuja un planeta devastado por el insaciable apetito humano en alimentos y recursos naturales.
La actividades humanas ya afectan a más del 70% del suelo libre de hielo del planeta. Además la agricultura utiliza el 70% del agua del mundo.
Al mismo tiempo, la actividad humana expande los desiertos y las zonas con sequía aumentan 1% cada año.
Las tierras, con su vegetación y capacidad de reflejar una parte importante del calor del sol, absorbieron casi el 29% de las emisiones de CO2 generadas por los humanos entre el 2006 y 2016.
Pero con el aumento de las temperaturas crece el temor de que esa absorción disminuya.
Los suelos son además una fuente de gases de efecto invernadero, ya que la agricultura, la deforestación y otras actividades representan el 23% del total de las emisiones generadas por los humanos.
Temperatura al alza
En el 2018 el IPCC publicó un estudio sobre como limitar el calentamiento global a 1.5º C en relación a la era preindustrial, uno de los objetivos de los acuerdos de París sobre el clima.
En su estudio, el IPCC destacó la necesidad de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyendo el consumo de combustibles fósiles.
La temperatura en la superficie del planeta ya se ha elevado 1ºC desde el período preindustrial y aumenta más rápidamente en los suelos que en los océanos.
El informe de este jueves sugiere que, comparado con el período preindustrial, la temperatura en los suelos ya se ha elevado en 1.53º C.
Esto hace más vulnerables los cultivos, degrada los suelos y exacerba los eventos climáticos extremos, fenómenos todos ellos que ponen en riesgo en particular a mujeres, niños y ancianos.
El informe también advierte que el riesgo de inseguridad alimentaria podría pasar de "elevado" (con una subida de 1.5º C de la temperatura), a "muy elevado" (por debajo de los 2º C).
Sobrepeso y mala alimentación
Entre 25% y 30% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden o se desperdician.
En paralelo, en los países desarrollados, el consumo de calorías per cápita aumentó en un tercio desde 1961.
En el mundo hay unos 2,000 millones de adultos considerados como obesos o con sobrepeso mientras que por otro lado 820 millones de personas siguen pasando hambre.
Previsiones
El informe analiza las formas en qué la humanidad puede usar los suelos para combatir el cambio climático y destaca la importancia de reconstituir los bosques para que absorban el carbono de la atmósfera.
El total de tierras reconvertidas que se necesitarían para limitar a 1.5ºC las temperaturas varía según las proyecciones del consumo humano en las próximas décadas.
Incluso si el consumo fuera bajo, los modelos matemáticos del IPCC aseguran que con aumentos de temperatura de entre 2,5ºC y 3,5ºC existiría un “alto riesgo” para la seguridad alimentaria.
Por otra parte si el consumo se mantiene al nivel actual se llegará al “alto riesgo” con un aumento de solo 1.3ºC.
En paralelo la reconversión de tierras puede tener consecuencias negativas, como la desertificación.
Reducción de emisiones
El informe reitera la urgencia de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por los humanos para evitar “pérdida irreversibles” en la función de las tierras para “producir alimentos, salud, lugares habitables y producción”.