Investigadores suizos dijeron que han puesto en marcha un estudio de fase inicial para probar una vacuna candidata de nueva generación contra el COVID-19, que se administraría mediante un parche en el brazo, el último en estudiar métodos alternativos a la administración de inyecciones.
A diferencia de las vacunas convencionales que estimulan la producción de anticuerpos, la nueva candidata a vacuna PepGNP-COVID19 se centra en las células T, responsables de la inmunidad celular, para eliminar las células infectadas por el virus e impedir su replicación.
La empresa británica Emergex Vaccines Holding Ltd ha desarrollado la posible vacuna, mientras que el centro de investigación médica Unisanté de Lausana, en colaboración con el hospital CHUV de la ciudad, llevará a cabo el ensayo, que comenzó el 10 de enero.
El profesor Blaise Genton, director del estudio, afirmó que esta inmunidad celular genera las llamadas “células de memoria”, que podrían hacer que la vacuna fuera más duradera y fuera mejor que otras para proteger contra posibles variantes del coronavirus.
La posible vacuna se administrará a través de microagujas en el parche de menos de un milímetro de profundidad que esperan que proporcionen inmunidad a largo plazo frente al COVID-19 y eliminen la necesidad de las vacunas de refuerzo estacionales.
“Con esta nueva vacuna que genera esta inmunidad celular esperamos tener un periodo de protección más largo. Aún no lo sabemos, pero podría ser de un año, dos años, tres años”, señaló Genton.
Para administrar la vacuna, el parche se presiona brevemente contra la piel y luego se retira.
El estudio es el primero en el mundo con la nueva candidata y sigue al inicio el año pasado de otro estudio en Lausana para evaluar la seguridad de una vacuna de nueva generación contra el dengue que utiliza la misma tecnología.
Emergex Vaccines Holding Ltd anunció en noviembre que comenzaría el ensayo de la vacuna contra el COVID-19. La empresa no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.